Yo tenía un brigada en la mili, chusquero, chulo y analfabeto funcional, que me decía: “tú puedes pensar lo que te salga de los cojones, pero harás lo que salga de los míos”. Se llamaba Ramírez pero nosotros lo llamábamos El Lámparas, por los lamparones de grasa que lucía en la guerrera. Me he acordado de El Lámparas cuando he leído las declaraciones de José Antonio Alonso, portavoz del PSOE en el Congreso, al comentar la decisión del diputado Antonio Gutiérrez de no votar a favor del decreto de reforma laboral. Ha sentenciado Alonso: “La opinión es libre, pero la lealtad al grupo que le ha acogido es obligada”. La diferencia entre el brigada Ramírez y el cabo furriel de los socialistas del Congreso, es que no obedecer las órdenes de El Lámparas te hacía acreedor de un par de hostias y un arresto--correctivo lo llamaban-- y desobedecer las órdenes de Alonso trae como consecuencia abrirle un expediente a Gutiérrez e imponerle una multa. Hemos progresado, no cabe duda; en tiempos de Franco, la desobediencia se castigaba con el pelotón de fusilamiento, los trabajos forzados en Cuelgamuros, la cárcel o el exilio. Ahora los castigos son menos expeditivos. Además del expediente y la multa, el que se mueve no sale en la foto; también puede desaparecer de las listas para el ayuntamiento, la comarca o el parlamento. Seguramente no se acordarán de él--o de ella--para los puestos de asesor a dedo ni para uno de los muchos puestos de confianza. Pero no fusilan a nadie. El lema de la gente como Alonso o como el brigada Lámparas es: conmigo o contra mí. El ex juez, ex ministro del Interior, de Defensa, impone el “fuenteovejunismo”: ¿Quién aprobó la reforma laboral? Los diputados socialistas, Señor. ¿Quiénes son los diputados socialistas? Todo el pueblo, Señor. Una clara demostración del estilo cuartelero de los partidos políticos. Nada de libertad de conciencia, ni de opinión ni de ser fiel a unos principios y valores. Tanto don José Antonio Alonso como el brigada Ramírez deben de creer, citando al escritor polaco Lec, que “tienen la conciencia limpia porque nunca la han utilizado” y que la lealtad consiste en comportarse como un hatajo de ovejas. Todos a una, Fuenteovejuna.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 25/6/2010
viernes, 25 de junio de 2010
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