“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

domingo, 30 de mayo de 2010

Sesgo

Leyendo la tribuna de don José Miguel Gracia, El Constitucional, un yogurt caducado, del pasado día 26 de mayo, me he dado cuenta de cómo la ideología, el sesgo, omite datos o los oculta con el propósito de lograr que el lector se adhiera a las tesis y opiniones del autor. Esa forma de manipular, si se hace conscientemente, demuestra una falta de honradez y de ética por parte del periodista o escritor. Coincido en gran parte con lo que nos cuenta don José Miguel Gracia sobre la actuación del Tribunal Constitucional acerca de la constitucionalidad del Estatut de Cataluña. Es una vergüenza que un tribunal lleve más de cuatro años enzarzado en discusiones y no sea capaz de pronunciarse sobre unos recursos. Demuestra que la justicia, lejos de ser ciega y neutral, está contaminada por la política. Los jueces y magistrados no se eligen en función de sus competencias técnicas y profesionales sino por su capacidad de escorarse a derecha, izquierda o la periferia. Los dos partidos mayoritarios no ceden ni un milímetro porque saben que cualquier concesión al otro, supone que el Tribunal falle a favor del adversario. El señor Gracia nos da una información prolija sobre el número de magistrados, sus años de permanencia, a los que se les caducó el yogurt, las recusaciones, que fue aprobado por el Parlament, por las Cortes y refrendado por el pueblo catalán. Todo es verdad. Sin embargo, falta algo. Al igual que nos dice que los miembros del Tribunal son doce, que a cuatro se le caducó el mandato hace dos años y que a uno lo recusó el PP, también podría decir que el pueblo catalán que aprobó el Estatuto representa menos del 40 por ciento de los catalanes con derecho a voto; que más del cincuenta por ciento de los electores no votó, y de los que votaron, el 20 por ciento votó no y un 5 por ciento en blanco. Esta información adicional no exime a los jueces del cumplimiento de su deber, no oculta las vergüenzas de nuestro sistema judicial, no invalida las reglas de la democracia ni del estado de derecho, pero sí ayuda a que el lector pueda valorar la situación con todos los datos y elementos de juicio. Don José Miguel Gracia no miente pero sí oculta información y la consecuencia es que sus argumentos, en mi opinión, pierden fuerza.

Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 28/ 5/2010

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