Titulares

A veces no es necesario romperse mucho la cabeza para escribir una columna. Basta con leer durante un periodo de tiempo los titulares de algunos periódicos sobre un tema que nos interese. Se van anotando uno detrás de otro en una hoja de papel. No es preciso seguir un orden determinado. Para demostrarlo, a continuación encontrarán los titulares sobre los curas pederastas y las declaraciones del Vaticano, con el Ratzinger al frente, que he recogido durante unos días en cuatro periódicos españoles: El Mundo, El País, Público y La Vanguardia. Lo podría haber titulado veinte poemas de desamor y una canción esperanzadora pero resulta demasiado largo. Veamos los veinte poemas/titulares de desamor: Denuncian abusos de monjas católicas a menores discapacitados. Los católicos alemanes crean una línea de atención a las víctimas de abusos. Un cardenal asegura que Juan Pablo II obstruyó la investigación de los abusos sexuales. Los Legionarios de Cristo reconocen los abusos sexuales de su fundador. Italia también sacude la alfombra de los abusos sexuales a menores. Once antiguos Niños Cantores de Viena denuncian abusos sexuales. El Papa indigna a las víctimas de abusos en Irlanda. Irlanda y Alemania piden cuentas a la Iglesia por los abusos. Los abusos del clero a niños afloran en España. Revelados abusos sexuales en un hospital evangélico alemán. El hermano del Papa se confiesa por los abusos físicos a niños. Un centenar de curas alemanes, sospechosos de pederastia. La Iglesia no quiere cargar con los abusos de otros. Los abusos cercan al Vaticano. El Papa conocía el caso del pedófilo de Múnich. Cuatro sacerdotes y dos monjas más, sospechosos de abusos en Alemania. La pederastia, la cruz del pontificado de Ratzinger. Religioso español detenido en Chile por poseer pornografía infantil. El Vaticano optó en su día por no sancionar a un cura que abusó de 200 niños. El blindaje de la Iglesia a los curas pederastas divide a los católicos.

Y una canción/noticia esperanzadora: El Papa hace suyas las palabras de Jesús para condenar a los curas: "Se merecen que los tiren al mar". Que Dios lo quiera. Hágase su voluntad.

Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 2/4/2010