No asistí al pregón de Semana Santa de don Javier Sáenz en Alcañiz. Pero sí he leído el artículo de M.S. Timoneda en el Diario de Teruel y la transcripción íntegra del pregón. No sé si don Javier le echó mucho o poco entusiasmo a su discurso, pero el texto que he leído es magnífico. Es una suerte contar con un antropólogo que desde el cariño a su tierra pero sin renunciar al rigor del experto, nos sitúa a la Semana Santa alcañizana en su contexto histórico, separando los hechos de las creencias y los tópicos. Se trata de un pregón honesto, respetuoso, que, en mi opinión, a nadie ofende, salvo a Luis Sabado Sanz. Don Luis acusa al pregonero de este año de frio e irrespetuoso con las tradiciones y en su carta al director publicada en este Diario el pasado 31 de marzo, sostiene que para pregonar hay que creer. Curiosa tesis la suya. Y más curiosa todavía si se leen los argumentos que emplea para descalificar a don Javier. Por lo visto, a los ciudadanos no nos interesa la verdad; lo que queremos es que nos engañen, que nos oculten los hechos y nos alimenten con cuentos chinos. El señor Sabado aplica la máxima de los malos periodistas: no dejes que la verdad te estropee una buena noticia. Es mejor inventarse historias, darle aire de verosimilitud a lo que sabemos que es mentira: se non è vero è ben trovato, dice la expresión italiana. O miénteme y dime que me quieres, que está muy bien para los diálogos de películas. Los manipuladores prefieren el engaño a la realidad. Las pamemas de vírgenes que se aparecen a los pastorcillos, los brazos incorruptos y las discusiones sobre si el Santo Prepucio, al estar separado del cuerpo de Cristo en el momento de la ascensión, también ascendió a los cielos, son mucho más interesantes y aleccionadoras para el pueblo. Claro que al ser yo no creyente, como don Javier, seguramente no tengo ninguna autoridad para hablar de esas cosas. Pero también le podría decir a don Luis Sabado que publique sus cartas en la hoja parroquial o en la edición española del L'Osservatore Romano, órganos de expresión para forofos. A mí el pregón de don Javier Sáenz me parece magnífico y la carta de don Luis Sabado, un texto escrito por un fanático.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 9/4/2010
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