“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 9 de abril de 2010

¡Miénteme!

No asistí al pregón de Semana Santa de don Javier Sáenz en Alcañiz. Pero sí he leído el artículo de M.S. Timoneda en el Diario de Teruel y la transcripción íntegra del pregón. No sé si don Javier le echó mucho o poco entusiasmo a su discurso, pero el texto que he leído es magnífico. Es una suerte contar con un antropólogo que desde el cariño a su tierra pero sin renunciar al rigor del experto, nos sitúa a la Semana Santa alcañizana en su contexto histórico, separando los hechos de las creencias y los tópicos. Se trata de un pregón honesto, respetuoso, que, en mi opinión, a nadie ofende, salvo a Luis Sabado Sanz. Don Luis acusa al pregonero de este año de frio e irrespetuoso con las tradiciones y en su carta al director publicada en este Diario el pasado 31 de marzo, sostiene que para pregonar hay que creer. Curiosa tesis la suya. Y más curiosa todavía si se leen los argumentos que emplea para descalificar a don Javier. Por lo visto, a los ciudadanos no nos interesa la verdad; lo que queremos es que nos engañen, que nos oculten los hechos y nos alimenten con cuentos chinos. El señor Sabado aplica la máxima de los malos periodistas: no dejes que la verdad te estropee una buena noticia. Es mejor inventarse historias, darle aire de verosimilitud a lo que sabemos que es mentira: se non è vero è ben trovato, dice la expresión italiana. O miénteme y dime que me quieres, que está muy bien para los diálogos de películas. Los manipuladores prefieren el engaño a la realidad. Las pamemas de vírgenes que se aparecen a los pastorcillos, los brazos incorruptos y las discusiones sobre si el Santo Prepucio, al estar separado del cuerpo de Cristo en el momento de la ascensión, también ascendió a los cielos, son mucho más interesantes y aleccionadoras para el pueblo. Claro que al ser yo no creyente, como don Javier, seguramente no tengo ninguna autoridad para hablar de esas cosas. Pero también le podría decir a don Luis Sabado que publique sus cartas en la hoja parroquial o en la edición española del L'Osservatore Romano, órganos de expresión para forofos. A mí el pregón de don Javier Sáenz me parece magnífico y la carta de don Luis Sabado, un texto escrito por un fanático.

Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 9/4/2010

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