“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

sábado, 17 de abril de 2010

Comentario sobre el comentario

Cuando un periodista opina, como es el caso de Miguel Ángel Artigas, se le debe exigir que escriba correctamente para que todos lo entendamos y que los datos en los que basa sus opiniones sean ciertos. Eso que enseñan en las facultades de periodismo y que los dueños de los periódicos y los telemadriles se encargan de pervertir. Ambas cosas, la claridad y el rigor, se encuentran en la columna del señor Artigas, Un Rey que no parece un Rey, publicada en este Diario el 13 de abril. Y también el humor. Una columna perfecta, a mi entender. Algo que no se puede decir de la carta al Director del día siguiente, 14 de abril, escrita por don Luis Fernández Uriel, titulada Comentario sobre la columna de Miguel Ángel Artigas. Don Luis hace afirmaciones que atentan directamente contra la esencia de la democracia: “No se puede disparar a todo lo que se mueve: jueces, curas, y la pieza de caza principal de la columna, la Familia Real. Yo le recomendaría con todo cariño un poco de respeto; a veces se puede herir sin necesidad”. En “disparar” contra todo lo que se mueve consiste precisamente el ejercicio de la libertad, uno de los pilares básicos de la democracia. Otro de los pilares es la libre elección de los representantes y la Monarquía hereditaria no cumple ese requisito. Si se elige a un mal presidente, en cuatro años se puede rectificar, pero con los cargos hereditarios dependemos de la suerte y solamente se les puede echar a patadas. Le pediría a don Luis, él que es tan aficionado a recomendarnos que repasemos la Historia de España en los asuntos que a él le convienen, que eche un vistazo al árbol genealógico de los borbones y lea la hazañas de los antepasados del que ahora ocupa la Jefatura del Estado. Podrá comprobar la calaña de los borbones. Y puestos a hacer demagogia como hace el señor Fernández con el presidente alemán, el señor Köhler (Bundespräsident y no Bundespräisident), ya nos gustaría a los españoles poder alcanzar el nivel de prosperidad, empuje y dinamismo de la sociedad alemana. Y ya que lo recomienda don Luis, le rogaría que publicase en estas páginas la agenda de la Familia Real, para que dejáramos de pensar “que llevan una vida tan inútil y placentera”.

Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 16/4/2010

3 comentarios:

S. Royo dijo...

Cuando se habla de monarquía hereditaria y no se matiza que la monarquía española actual además es PARLAMENTARIA, no estamos poniendo sobre la mesa todas las cartas. No somos un pueblo sojuzgado por una monarquía absolutista como a mi juicio es lo que se desprende del artículo del Sr. Artigas en el Diario de Teruel y con el que usted, Sr. Torres, se identifica. Tenemos el mismo tipo de monarquía que Holanda, que Dinamarca, que Suecia, etc., países democráticos y por lo menos tan prósperos como Alemania o Francia.
En una monarquía parlamentaria de hoy en día el rey no es más que un símbolo más, no gobierna, en la práctica no es tan diferente a una república y por supuesto es democrática.
En España se puede, se tiene y se debe de hablar de todo pero con la que esta cayendo, emprender con lo de la república, es como no querer afrontar los verdaderos problemas que tenemos y mirar para otro lado. ¿No tenemos bastante con la corrupción, la crisis económica, la justicia, independentismos, terrorismo, etc.? Tratemos de solucionar todo esto primero y luego hablemos de modelos de Estado.

Eto dijo...

Evaristo Torres Olivas dijo...
En su relación de monarquías parlamentarias se ha olvidado de mencionar al Reino Unido. A pesar de todos sus argumentos, yo sigo optando por una República. Puestos a tener símbolos y floreros que nos representen, al menos que tengamos la posibilidad de elegirlos cada cuatro años. Y también me gustaría tener más transparencia como por ejemplo saber cuánto nos cuesta a los españoles la seguridad de los Urdangarin en Estados Unidos o por qué no solamente tenemos que mantener a los Reyes sino a toda su familia. Y es que la Monarquía no es solamente una persona, sino todo un entramado familiar. y además, según la Constitución, el Rey es irresponsable. Frente a todo esto, yo prefiero un presidente, que no sea hereditario, que sea responsable y que no haya que mantener a toda su parentela a costa del erario público.

S. Royo dijo...

No he mencionado al R. Unido porque, con sinceridad, no estoy seguro de que en esa monarquía, su reina tenga las mismas competencias que los monarcas del resto de países que he mencionado.
En cuanto al gasto que conlleva mantener la familia real sospecho que es muy cuantioso (además de opaco), pero no más cuantioso que el gasto que supondría celebrar un par de elecciones a Presidente de la República. (Doy por supuesto la existencia de un Presidente del Gobierno, como en Francia, Italia o Portugal)
A pesar de todo, le confieso que si se me ofreciera la oportunidad de elegir entre Monarquía Parlamentaria o República en España, votaría República, me lo dicta la razón; pero no creo que sea crucial resolver esa disyuntiva en este momento. Lo veo como si los españoles quisiéramos, de manera innecesaria y hasta arriesgada, complicarnos la vida un poco más de lo que ya la lo hacemos.

Un saludo Sr. Torres, y felicidades por su libro y por su blog.