“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

sábado, 13 de marzo de 2010

Como los perros

De los documentales de La 2 se aprende mucho. Pero como nadie los ve, aunque diga que sí, no nos llegan sus enseñanzas. Si se fijaran en un documental sobre adiestramiento de perros, se darían cuenta de que a nosotros nos doman como a los chuchos. Al can se le puede enseñar a no cagarse en la cocina y a no morder a las visitas pero también se puede conseguir que se lance a la yugular o a los huevos de cualquiera que se pasee delante de sus fauces. Todo depende de las intenciones del dueño. Una vez terminadas las enseñanzas, el chucho recibe premios si se comporta como se espera y castigos cuando se aparta de la conducta que le han inculcado. A nosotros también nos amaestran. Nos han metido en la cabeza que trabajar para otro es bueno y que es justo que el otro reciba una retribución por darnos trabajo. Si generamos diez unidades de riqueza y el otro se queda con ocho, es lo menos que puede recibir por arriesgarse a contratarnos. Además nos da la posibilidad, si nos portamos bien y sabemos mendigar, de entrar como becarios, después ser aprendices, auxiliares, oficiales de tercera, de segunda, de primera y unos meses antes de jubilarnos tal vez podamos incluso ser encargados. Nuestro adiestramiento hace que eso sea compatible con que la hija de un amigo de un poderoso pase de becaria de un banco a ministra, da igual, igual da. Igualdad. Nos enfurecemos si dos personas que hacen el mismo trabajo reciben un salario diferente. Discriminación de género lo llamamos. Pero nuestra doma acepta como normal que una persona con escasa formación y muy poca experiencia sea diputada, senadora o directora general cobrando siete veces más que mi hija que tiene dos licenciaturas y habla tres idiomas. Nos forman para que creamos eso de que tanto ganas, tanto vales y a aceptar humildemente que, de ser ciertas las cifras que publica la prensa, Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto, vale mil veces más que cada uno de los miembros del club de los mileuristas. Ante tal panorama, no es de extrañar que de vez en cuando en la historia de la humanidad, aparezcan entrenadores que quieran conseguir que en vez de perros dóciles y sumisos seamos unos canes dispuestos a clavarles los dientes en el trasero al primer explotador que se ponga al alcance de nuestras mandíbulas.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 13/3/2010

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bien tratado el tema de la "igual da".
Nos bombardean con la idea de igualdad entre hombres y mujeres ( con lo que estoy de acuerdo) y hasta crean un Ministerio (con lo que no estoy de acuerdo) pero apenas hablan de la igualdad entre mujeres y mujeres o entre hombres y hombres.
Siempre me ha parecido una injusticia la excesiva diferencia en las retribuciones de las personas.Para mi todo lo que sobrepase más del doble del sueldo de un trabajador medio es un abuso que demuestra que no hay IGUALDAD entre las personas(hombres o mujeres).
Saludos.