“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

domingo, 10 de enero de 2010

Moler gordo

Lo dice el vicepresidente del Gobierno de Aragón, don José Ángel Biel en una entrevista con el director de este periódico: "yo muelo gordo". Y una prueba de esta molienda gorda es que le importa un higo lo que digan los ciudadanos de los proyectos de Teruel, mientras les sigan dando premios internacionales. En eso se distinguen los grandes estadistas. Como Biel o como Kissinger, a quien le importaba un huevo la opinión de la gente mientras le siguieran dando premios internacionales como el Nobel de la Paz. ¡Qué sabrá el pueblo, esa masa amorfa de zoquetes! Necesitamos grandes dirigentes, capaces de pensar y actuar por nosotros. Ellos saben lo que nos conviene y no pueden perder el tiempo en consultas a unos ciudadanos que no tienen criterio para distinguir una luminaria de puticlub de un proyecto premiado internacionalmente como es el de la Plaza del Torico. Es más, a don José Angel le gusta tan poco perder el tiempo que según declara en la entrevista, se pasó el verano leyendo En busca del tiempo perdido; no dice si lo hizo mientras mojaba una magdalena en el té o un churro en chocolate Muñoz. Me permitirá el señor Biel, desde mi insignificancia de ciudadano, el atrevimiento de hacerle algunas recomendaciones. Los que no tenemos la preparación del insigne político turolense, nos cuesta entender las metáforas y otras sutilezas a las que no estamos acostumbrados. Estoy convencido de que la alcaldesa de La Muela, doña María Victoria Pinilla, una sencilla mujer de pueblo, se comportó como lo hizo porque interpretó mal las palabras de los dirigentes del PAR. Estoy seguro de que confundió la expresión moler gordo con la maquila, esa práctica de los molineros que consistía en sisar una parte del grano que molía la muela. Debido a esa confusión, la pobre mujer cayó en las redes de la corrupción cuando su intención era seguir fielmente las consignas y directrices de su partido. Bájese del pedestal, don José Ángel y póngase a la altura del pueblo llano. De lo contrario se arriesga a que ese pueblo deje de hacer la vista gorda y se ponga a hilar delgado con las actuaciones de los políticos. A todo moler.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
Enviado DdT 30/10/2009 NO PUBLICADO

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