“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

domingo, 10 de enero de 2010

Humillación

Lo tenemos crudo en Teruel. Me parece bien que nosotros, los turolenses, en las páginas del Diario de Teruel, nos estemos todos los días tirando los trastos a la cabeza. Que si las lucecicas de la Plaza parecen los neones de un puticlub de carretera, que ya hace dos años que inauguraron el chiringuito y aún están con que la dilatación de la piedra revienta las luminarias y que si hay que reforzar las juntas con silicona y echar tres en uno al chuflaito, chinfurrio, tastarro o cutarro. Mientras los del estudio de arquitectura se pasean por el mundo recogiendo premios, nosotros llevamos demasiados meses a media luz o a dos velas. También me parece necesario que pongamos a caldo a nuestros gobernantes cuando creemos que la han cagado, pifiado, se han columpiado, se han quedado con la perra gorda o nos toman por tontos. Si se atreven a mendigar nuestros votos, también tendrán que soportar que de vez en cuando les untemos el morro con tocino. A regañadientes tolero que los del PSOE y PP de Teruel se enzarcen en disputas estériles, siempre con la misma monserga e idéntico chunda, chunda. Pero con lo que no transijo, de ninguna de las maneras, es con los foranos que nos humillan y se nos chotean descaradamente. El Heraldo de Aragón, o de Zaragoza, mejor dicho, porque a Teruel le dedica una página escasa, ofrece a sus lectores, por el módico precio de 3,10 € euros diarios, unas figuritas destinadas a lo que ellos llaman el Belén Aragonés. Además de gallinas, ovejas y perros, nos encontramos con la figura del Hombre de Gistaín tocando la zambomba, el Hombre de las Cinco Villas con las alforjas al hombro, ambos de pie, mirando al frente, y con una figura de hinojos, con el sombrerico en las manos y la mirada gacha, a la que han tenido los huevos de llamar Hombre de Teruel arrodillado. Como siempre, a los de Teruel nos toca postrarnos ante los poderosos. Si tuviera perras y poder de convocatoria suficiente, organizaba una marcha de caganers o cagones vivientes de Teruel para abonar los campos en los que los zaragozanos quieren celebrar la Expo Floralia en el 2014. Con buen abono y el regadío seguro, el éxito está garantizado.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
Enviado DdT 1/12/2009 NO PUBLICADO

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