“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

domingo, 10 de enero de 2010

Hacer click

Lo dice don César Antonio Molina, ex ministro de Cultura con Zapatero:”se me cesó [como ministro] y me sentí libre de mis compromisos, porque llegué al Parlamento y nadie me dijo lo que tenía que hacer. Estar allí para apretar un botón no lo consideraba el último fin de mi vida”. A don Antonio no le parece un buen oficio el de pulsador de teclas, apretador de botones o cliqueador de ratones pero a muchos de sus compañeros de partido y de otros, no solamente les parece un buen oficio sino que están encantados y llevan ejerciéndolo desde hace varias legislaturas y lo que te rondaré, morena. En pocos oficios como ese se trabaja tan poco y se cobra tanto. Consiste en ir al Parlamento, no preocuparse de leer ni de escribir nada y menos de hablar. Cuando llega la hora de las votaciones, alguien se encarga de darle un papel con lo que debe votar en cada momento. Hay únicamente tres posibilidades: si, no y a mí plín. Para eso no se necesitan estudios superiores ni inferiores, ni un módulo de formación profesional ni de la otra. Se puede perfectamente acceder al puesto con segundo de primaria sin terminar. Yo aconsejo a todos los padres que tienen hijos a los que la letra no les entra, que dejen de preocuparse. Que no pierdan el tiempo y el dinero en profesores particulares, ni estresen a la criatura con amenazas. Hablen con el cabecilla de un partido político para que cojan al chico de aprendiz hasta que cumpla los 18 años. Sirve cualquier partido de los que ganan elecciones; no se le vaya a ocurrir enrolar al chiquillo en Falange Española de las Jons, que aunque su abuelo militara en esa organización, hoy no se come una rosca. En estos asuntos, los sentimentalismos y las tradiciones culturales y familiares no suelen dar buenos resultados. Es más, si tiene a más de un hijo en esas circunstancias, le recomiendo que simpaticen con partidos diferentes. No es bueno poner todos los huevos en el mismo cesto. Si procede como les aconsejo, la probabilidad de éxito es mayor. De esa forma, el primero que logre un cargo en el partido podrá enchufar al hermano. Y no se preocupe por los principios y la ética y otras chorradas. El mundo de la política está lleno de gente que cambia de principios. Es preferible que sus hijos sean los que aprietan los botones y no otros.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
Enviado DdT 31/10/2009 NO PUBLICADO

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