“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

domingo, 10 de enero de 2010

Códigos

Cuando los políticos han llenado la cueva robando, se inventan un código ético para ver si engañan a los súbditos una temporada más o hasta las próximas elecciones. Y no solamente los políticos, que los banqueros, bancarios, empresarios y emprendedores—como el director de Caja Rural de Teruel—también se mueren de ganas de anestesiarnos con códigos de conducta. ¡Venga códigos! Como si no hubiera bastante con el Código penal. Si se aplicara. Si se investigara. Si se denunciara. Todo dios quiere códigos. Hammurabi tenía su código hace siglos. Los judíos tienen su código. Y los católicos tienen su código. Ya saben, ese de no robarás, no matarás, amarás al prójimo como a ti mismo. Incluso la Mafia tiene su código. Todos los códigos, de una religión, de una secta, de una corporación, de un banco, o de los que sea, vienen a decir lo mismo. Que hay que ser honrados, íntegros, transparentes, buscar el bien común. Algunos códigos de empresas que yo conozco hilan un poco más fino y son más concretos: “los empleados con relación de parentesco deben ser sometidos a todas las etapas del proceso de selección, no admitiéndose privilegios con relación a otros candidatos”. “Regalos: jamás recibirlos en casa, siempre en la empresa. No podrán exceder de 15 euros y todos los regalos recogidos serán repartidos a las familias más necesitadas o entregados a organizaciones humanitarias”. Sentido común. Solidaridad. ¡Y una mierda! No lo cumplen ni las instituciones públicas como para que lo cumplan las empresas privadas. No hace falta mirar en otros sitios. Aquí mismo, en nuestro Aragón. Repasen ayuntamientos, diputaciones, comarcas, museos, institutos, etc. y verán cuántos hermanos, cónyuges y parientes de los políticos ocupan puestos a dedo. Y en cuanto a los regalos, háganse amigos de algún repartidor de empresas de mensajería y que les cuente los viajes que hace en estas fechas a los domicilios particulares de algunos de nuestros gerifaltes de las instituciones. Si no fuera porque el que me ha dado la información no me autoriza a hacerla pública, a más de uno le sacaría gustosamente los colores. Si algún día cambia de empresa y me da su autorización, lo haré. Con nombres, apellidos, fechas y contenido. Y los regalos no son ni una agenda ni un calendario del Niño Jesús en el portal de Belén. Les doy mi palabra.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
Enviado DdT 23/12/2009 NO PUBLICADO

1 comentario:

michel dijo...

yo tambien tengo un amigo mensajero y un dia me dijo que a un politico conocido mio le llevaba cada paquete y cesta que te mueres..
otra cosa evaristo tengo otro amigo en teruel que se llama como un politico muy importante de teruel que es del psoe y el politico no sale en las paginas blancas, pero este amigo con su nombre y sus dos apellidos iguales a los del politico, pone su numero y direccion de calle en las pagina blancas y cuando llegan las fechas de navidad le cascan cada cesta que te mueres, pero claro, como dice el el que roba a un ladron tiene 100 años de perdon.
este se las queda y cuando llegan las elecciones vota al señor que se llama como el y tiene los mismos apellidos para que continue en el cargo politico muchos años y asi el tener cesta, jamones y regalos a montonn. luego de vez en cuando llaman por telefono y le pregunta que que tal estaba el detalle y claro el nunca responde al telefono sino su mujer y les dice que esta de viaje y que todo muy bien gracias .....
hay que joderse....