Llevo unos días visitando el Hospital Obispo Polanco. Día y noche. Y cada vez que entro y leo el dichoso nombrecito, me viene a la memoria el mismo pensamiento. ¿No tiene la Iglesia suficiente con ponerle el nombre de sus socios a las iglesias, parroquias, catedrales, capillas, santuarios y seminarios? ¿Por qué no nos extraña que un hospital lleve por nombre Obispo Polanco? ¿Sería mucho pedir que los hospitales llevaran nombre de insignes profesionales de la medicina y la enfermería? ¿No sería más razonable que los colegios públicos lucieran en su entrada el nombre de maestros y maestras, profesores y profesoras, que las dependencias de los parlamentos nombres de ilustres políticos, que los museos el de grandes artistas? Pues no señor, aquí los colegios se llaman Santa Emerenciana, los hospitales, Obispo Polanco y las plazas San Juan.
O esto cambia o me pongo a pedir firmas para que la Iglesia de San Pedro se llame de ahora en adelante Iglesia Gol de Nayim. Y que nadie intente justificarme lo del hospital de Teruel con la frase esa de “doctores tiene la Iglesia”; que los rezos no son medicinas y las hostias son placebos.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario