Yo que soy más simple que la receta de las sopas de ajo, me rio con los chistes malos, aunque me los cuenten cien veces y daten de los tiempos de la Primera Comunión de Fraga Iribarne. Mi favorito es el de un amigo que le pregunta a otro: ¿Sabes qué se ve desde la torre más alta de Toronto? Ni idea. Pues se ve “tol” Toronto entero. Quizás sea una reminiscencia de mi edad párvula, de la cartilla de mi mamá me mima, del perro de Roque no tiene rabo y otras cacofonías y trabalenguas para que entraran las primeras letras en mi muelle mollera. Mi caso no es único; la prensa y la radio nos traen todos los días ejemplos de cultivadores de este placer infantil. Hoy, un político ha manifestado que en su Comunidad quieren sustituir la asignatura de Ciudadanía por trabajos trimestrales tutelados, y en el Informe de gestión que se debatirá en el 37 Congreso de Psoe , en el capítulo donde se habla de la Ley del suelo afirman que “tres tristes tigres comieron trigo. Daremos un premio a quien detecte el duende”. El docto detective que lo detecte, buen detective será. Toltorontontero.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
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