Esto es el despiporre, la caseta de la muñeca chochona, el circo de los Tonetti. ¡Viva la precampaña electoral! Yo que quería que se acabara pronto, he cambiado de opinión. Que dure, que dure el periodo previo a las elecciones. Cuando llegue el día 9 que las aplacen un mes, o dos. Cada día que pasa nos regalan algo. Cuatrocientos euros, bajada de impuestos, guarderías, millones de árboles, más ayudas para los hijos, arreglarnos los piños gratis. Y porque dicen que la economía va mal; si no estuviéramos en recesión o parón o reajuste de ciclo o como leches se llame al berenjenal en el que estamos, nos regalaban un haiga a cada uno. Y un kilo de langostinos Pescanova por barba. Con lo que yo tengo y lo que me van a regalar, me forro. Lo triste de toda esta historia es que la actividad política se ha convertido en un garito de feria, en un mercado persa, en una tienda llamada Putesa. En el patio de Monipodio. En el chichi de la Bernarda.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
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