Un buen periodista es aquel que no oculta datos, que recurre a todas las fuentes posibles, que no hace afirmaciones sin indicar de dónde proceden, que evita las declaraciones alarmantes sin pruebas, que es riguroso y algunas más. Ninguna de ellas las cumple son Javier Arnal, colaborador del Diario de Teruel, en su artículo de opinión del pasado 23 de marzo, Por qué los Estados promueven la eutanasia. Se identifica como periodista, pero oculta que además es miembro del Opus Dei. También oculta quién es Ramón Palmer. Solo dice que es un psiquiatra, pero no cuenta que es un ferviente católico conservador. Pero si eso no fuera suficiente, don Javier afirma que la eutanasia “no es una propuesta mayoritaria de la sociedad ni de los médicos, pero que se quiere extender a la humanidad desde Francia”. No cita ninguna fuente, ni ninguna encuesta que se pueda consultar. Lo más grave viene a continuación, cuando declara que “hay un plan mundial orquestado” para imponer la eutanasia. Esas palabras lo acercan a las teorías de la conspiración que tanto daño están causando y contribuyen a sembrar miedo y desinformación. Ya solo le ha faltado añadir que detrás, además de Macron, están Bill Gates y George Soros. Concluye su artículo don Javier Arnal con esta perla: “Los Estados promueven la eutanasia por ahorro económico”, es decir que sobran personas mayores enfermas y que lo mejor es acabar con ellas con unas pastillas o una inyección y evitar que nos vacíen las arcas. En asuntos tan complejos y delicados como la eutanasia hay que ser riguroso, recurrir a lo que dicen los expertos médicos y no solamente a un psiquiatra católico de Castellón. El “periodista” Arnal debe de pensar que no hay que dejar que la verdad estropee lo que uno cree y que solo hay que recurrir a las fuentes que confirmen nuestras ideas, aunque sean mentira, e ignorar todas las demás.
Evaristo Torres Olivas
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