Publicado en Heraldo de Aragón 02/07/2022
El descalabro del Torico ha servido para muchas cosas y ninguna buena. En primer lugar, hay que celebrar que no ha habido ningún daño físico a personas. Esa es la mejor noticia. Todo lo demás es nefasto. Nefasta nuestra alcaldesa, nefasta la oposición, especialmente Samuel Morón, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento. Nefastos también muchos supuestos expertos, que, a toro pasado, o, mejor dicho, a Torico derribado, se han puesto a pontificar sobre la barbaridad de atar más de una veintena de maromas a la columna del monumento para celebrar el Congreso Nacional del Toro de Cuerda. A los antitaurinos, se lo han puesto en bandeja: si a un toro de hierro, las cuerdas lo han derribado, le han roto las patas y los cuernos, qué no le harán a un toro de carne y hueso atado contra su voluntad. La alcaldesa Buj ha mostrado su incompetencia para ocupar el puesto de primera regidora del Ayuntamiento de Teruel. No porque debería saber de sogas, tensiones, resistencia de materiales o “hierro podrido” sino por su desastrosa gestión del suceso, su precipitación y su incompetencia para dirigirse a los ciudadanos. Lamentables y desafortunadas han sido las declaraciones de todos los miembros de la oposición en el Ayuntamiento, destacando sobre las demás las del Samuel Morón. ¿Qué ha hecho el PSOE cuando gobernaba en la ciudad para comprobar la estabilidad del monumento, la putrefacción de los hierros y estabilidad de la columna? Nada. ¿Qué dijeron los expertos del PSOE cuando se colocaron la veintena de sirgas en la columna? Nada. Solo cuando la desgracia ha ocurrido, Morón y los suyos se han precipitado a proclamar a los cuatro vientos las chapuzas de los políticos del PP. Tampoco han estado acertados algunos ciudadanos que se niegan a que la puesta del pañuelico se haga con una grúa o un andamiaje y no escalando la columna. Para mantener la tradición, dicen. Por tradición, entonces, habría que volver a labrar la tierra con bueyes en lugar de tractores y segar el trigo con hoz y olvidarse de las cosechadoras. El despachurramiento del Torico ha servido para poner en evidencia la ineptitud de nuestros políticos, los que mandan y los de la oposición. Quédense con sus nombres por si aparecen en las listas en las próximas elecciones. Para no votarles, claro.
Evaristo Torres Olivas
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