Que los políticos de diferentes partidos se insulten entre ellos es algo que forma parte del oficio. Si no hubiera ese enfrentamiento, si se dedicaran a dialogar y a argumentar con elegancia y educación, no habría espectáculo. También es cierto que, para muchos de esos políticos, dadas sus limitaciones intelectuales, poder hablar con elegancia y educación es pedirle peras al olmo. La política se parece mucho a la lucha libre. Los contendientes fingen que se odian, se amenazan, se dicen barbaridades y enardecen a sus respectivos seguidores. Pero todos pertenecen a la misma asociación, cobran de ella y asisten a los mismos actos sociales. Tanto la lucha libre como la política son una performance, un espectáculo, puro teatro. Para generar conflicto, para crear tensión, hay buenos y malos, héroes y villanos, todo ello con guiones, mejores o peores (más bien lo segundo), escritos por asesores. Entre la política, la lucha libre y los programas zafios y vulgares de telerrealidad, o telebasura, apenas hay diferencias. Eso sí, son cotos privados, clubes selectos solo para socios. Y llevan muy mal el intrusismo. Quienes no pertenecemos al distinguido grupo, o casta, solamente se nos permite el elogio, nunca la crítica. Una vez más lo he podido comprobar esta semana en las redes sociales. El senador Joaquín Egea, de Teruel Existe, utiliza su cuenta de Facebook como órgano de propaganda de su partido/agrupación y sobre todo de su persona. Mientras le lluevan los “me gusta” y los comentarios positivos, no habrá problemas. Pero si alguien se atreve a criticarle, a decirle que no es tan bueno como piensa, la cosa se complica y aparece el pequeño dictador. El senador Egea, en su página, critica, insulta y deja que insulten a quienes él insulta y critica. Del diputado Alberto Herrero, alcalde de Calanda y diputado del PP, dice que ambos puestos le vienen grandes. A Ramón Guirao, director general de Universidades, de Podemos, le acusa de mentir. Y cuando yo le escribo un comentario en el que digo que lo de mentir también se le puede aplicar a él o que el traje de senador también le viene tres tallas grande, la respuesta con la que me encuentro es que “no eres más tonto porque no as [sic] estudiado” por parte de un seguidor forofo, que soy como “las peste, el virus o el bicho” por parte de un familiar del senador, y lo que es peor, mucho peor, infinitamente peor, el senador Egea ha borrado mis comentarios y me ha bloqueado para que no pueda entrar más a su página de Facebook. Teruel Existe. Y los senadores te Teruel Existe que no saben qué es la libertad de expresión, también.
Evaristo Torres Olivas
1 comentario:
¡Que aprovechen! pues a la próxima Teruel Existe será: no existe Teruel Existe como fuerza política.
Qué decepción a todos los niveles.
ARB
Publicar un comentario