Si hay algo que detesto en muchos políticos es, además de su vacuidad e ineptitud, la costumbre que tienen de insultarse en los medios de comunicación para después abrazarse efusivamente cuando se ven cara a cara. Es el teatro de la política, un teatro de mala calidad y pésimos actores. Por ejemplo, la alcaldesa de Teruel, Emma Buj, del PP, y la consejera Mayte Pérez, del PSOE. Son el paradigma de personas que han desarrollado la mayor parte de su vida laboral en puestos políticos y que seguramente nunca volverán a ejercer su profesión. Una y otra, aunque militan en partidos aparentemente muy distanciados ideológicamente, se comportan de manera idéntica: predican que su partido está lleno de personas trabajadoras y honestas y el de oponente, de vagos y corruptos. El pasado 19 de septiembre, la señora Buj publicaba un artículo en Diario de Teruel que titulaba “193 “No ” Sra. Pérez” (a la señora Buj, lo del vocativo y las comas le debe sonar a chino mandarín, y las comillas y mayúsculas, a manías de académicos). En ese artículo, una vez más, se dedica a echarle todas las culpas al PSOE y a loar las virtudes del PP. Entre las muchas afirmaciones gratuitas que plasma en su escrito, encontramos la siguiente: “El Partido Popular es un partido plural, capaz de aunar los intereses de Madrid con los del pueblo más pequeño de España porque lo que nos guía es el interés general”. El mismo interés general que guiaba a Rodrigo Rato, a los de la Gürtel, o los del caso Kitchen. Otros tantos casos y gente de dudoso proceder se podrían señalar en el PSOE. Pero a las señoras Buj y Pérez, les importan un bledo las evidencias. Su único interés es seguir ocupando puestos en la política, salir en los periódicos y en la tele y tener un sueldo que duplica o triplica el que cobrarían en el ejercicio de sus profesiones. Por encima del interés general, muy por encima, estas personas ponen el interés propio. La política turolense ganaría mucho si tuviera a personas más competentes que Emma Buj, Mayte Pérez, Manuel Blasco, Herminio Sancho, Carmen Pobo, Samuel Morón, el inefable Benito Ros y un puñado de malos actores que juegan a descalificarse pero que votan juntos para subirse el sueldo y sumar privilegios en las instituciones. Permanecerán más de treinta años cobrando del erario. Los mismos que llevan prometiendo un hospital para Teruel.
Evaristo Torres Olivas
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