“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 9 de enero de 2020

El chorrón

Cuando yo trabajaba, en los ochenta, en la General Motors, la GM o la Opel, no todos los empleados tenían el nivel de inglés que hoy tienen nuestros jóvenes, gracias a la mejora de los planes de estudio. Uno de mis compañeros de trabajo, de Uncastillo, muy buena persona, trabajador y una nulidad en inglés, llamaba el chorrón a la sala de exposición de vehículos de la empresa que los americanos denominaban showroom. Hace unos días, la diputada de Ciudadanos, Inés Arrimadas, le decía a Sánchez en la segunda sesión de investidura que el PSOE había perdido un “chorrón de votos”. Y me acordé de mi amigo de Uncastillo. Como doña Inés tiene dos carreras y seguramente domina el inglés, su chorrón no debía referirse a ninguna sala de exposición de votos. Consulté el diccionario de la RAE y me encontré con esta definición para la entrada chorrón:   1. m. Cáñamo que se saca limpio al repasar las estopas de la primera rastrillada. A leer eso, me olvidé de Arrimadas y de Uncastillo y me acordé de una gran persona de mi pueblo, don Eugenio Ramos, ya fallecido, a quien entrevisté en el año 2006 para una revista local de nombre Agramar. Don Eugenio, uno de los últimos agramadores de Villarquemado, en una larga entrevista me explicó en qué consistía ese oficio. La primera pregunta que le hice fue: Eugenio, ¿en qué consistía la actividad de agramar? Y su respuesta fue esta: en picar el cáñamo y sacarlo en limpio. En definitiva, que agramar consiste en sacar un chorrón. Decidí consultar otras fuentes para intentar averiguar a qué se refería la señora Arrimadas. Me reuní con un grupo de jóvenes universitarios de mi pueblo, expertos en jergas españolas, aragonesas y locales y descubrí que un chorrón es una unidad de medida que indica una cantidad grande de algo, pero indeterminada. Me dieron estos sinónimos: un porrón, un huevo, votos por un tubo, a chorros, mogollón, a espuertas. Y entonces me acordé de mi madre que a una cantidad grande de algo le decía una mondongada. En resumen, si el PSOE perdió un chorrón de votos, Ciudadanos perdió dos o tres chorrones como mínimo. Y gracias a doña Inés, me he acordado de mi compañero de trabajo Canales, de don Eugenio y de mi madre.
Evaristo Torres Olivas

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