Evaristo Torres Olivas
viernes, 8 de marzo de 2019
El PSOE, la infografía y los jamones de yeso
Hermosa la iniciativa de Diario de Teruel de publicar un número
especial para conmemorar el sexagésimo aniversario de la Asociación Española
contra el Cáncer en Teruel. Emocionantes artículos y columnas de periodistas y
voluntarios; y los testimonios de las personas que padecen la enfermedad.
Magnífica la labor de los profesionales de la medicina y la enfermería.
Preciosa la portada que transmite esperanza y optimismo. Pero como ocurre con
frecuencia, ha de venir alguien que lo estropea todo. Y en este caso, ese
alguien es el Gobierno de Aragón, que ocupa toda la página 37 del número
especial para insertar un anuncio propagandístico que se burla, una vez más, de
las esperanzas y las ilusiones de los ciudadanos. El título del anuncio, en
letras grandes, reza: Nuevo hospital de Teruel. Y a continuación, en letras más
pequeñas cuenta: “Firmada la primera de las actas de inicio de obra para la
construcción del Hospital de Teruel”. Se exhibe también una enorme infografía
del futuro hospital. La propaganda debería tener un límite y regirse por unas
normas éticas, de decencia. Cuando falta poco para las elecciones, el Partido
Socialista pone en marcha la máquina del puedo prometer y prometo hospitales,
museos, trenes y autovías a Cuenca. Y dos huevos duros. A dos meses de las
elecciones de 2011, ya prometieron y licitaron un hospital de 98 millones de
euros y un período de construcción de 4/5 años. Y aquí estamos, 8 años después,
también a dos meses de las elecciones, con una nueva promesa, de 87 millones.
La infografía lo aguanta todo y predicar no es dar trigo. En reconocimiento por
su labor al servicio de los relatos de ficción, propongo que a todos los
miembros del actual Gobierno de Aragón se les pague con dinero infográfico o con billetes del Monopoly. Y que las
asociaciones de comerciantes y empresarios del jamón de Teruel les regalen
todas las Navidades un lote de jamones con denominación de origen hechos con
ordenador y con impresora 3D. En caso de resultar muy caros, se podrían
fabricar con moldes de escayola, como los que hace unos años colgaban en la
puerta de los restaurantes de carretera de Calamocha.
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Sin pelos en la lengua
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