“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 29 de enero de 2019

Días de vino y whisky

Publicado en Heraldo de Aragón el 4/2/2019
Con frecuencia los políticos españoles exhiben un nivel tan bajo en sus intervenciones que uno llega a pensar que a la política no acceden los mejores sino los mediocres. Incapaces de armar un discurso coherente, recurren al insulto,  la descalificación, la hipérbole, la repetición machacona de sandeces. Y se da en todos los partidos, a diestra y siniestra, en la vieja política y en la nueva. Veamos algunos ejemplos recientes. Una portavoz del PP, Beatriz Escudero, acusa al presidente Sánchez de dar un “insultante espectáculo de poderío” y de “aprovecharse de España” por utilizar los aviones oficiales para desplazamientos privados, como asistir a un concierto de The Killers en Castellón. "Los modos de nuevos ricos con el dinero público no tienen cabida", ha añadido la diputada conservadora. La portavoz socialista, Sofía Hernanz, le ha respondido que Sánchez ha utilizado los aviones “exactamente igual” que Rajoy  “pero sin el avituallamiento extra de vino y whisky”.  No sé si se dan cuenta de la imagen que proyectan de nuestros presidentes: uno utiliza los aviones que pagamos los ciudadanos para irse de farra a los festivales musicales y el otro, para hacer botellón con nuestro dinero. Por parte de los nuevos, el nivel es todavía más bajo. En una entrevista de 38 minutos que le hacen a Irene Montero, portavoz de Podemos, cada vez que se refiere a los tres partidos que han llegado a un acuerdo para gobernar en Andalucía, los llama “los trillizos reaccionarios”. Lo repite una docena de veces. Miguel Urbán, eurodiputado de Podemos, los etiqueta de “gobierno trifachito”. Tal vez esa ramplonería funcione en las reuniones de partido en las que insultar al adversario une mucho, pero exhibir tanta ignorancia frente a los ciudadanos lo único que produce es rechazo y la convicción de que los partidos seleccionan a sus cargos no en función de la experiencia, mérito y capacidad sino por otros motivos. Ya lo decía Alfonso Guerra: “El que se mueve no sale en la foto”.
Evaristo Torres Olivas

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