“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 21 de abril de 2017

Se busca

En las películas americanas, las del Far West, las de indios y vaqueros, colgaban en la puerta de la oficina del sheriff, a la entrada del saloon o en la vitrina del barbero un cartel en el que se veía el careto de un forajido, debajo de la inscripción Se busca vivo o muerto, y se ofrecía una importante recompensa. Hoy, afortunadamente, ya no se pide que los ciudadanos se tomen la justicia por su mano ni que persigan y entreguen a los mangantes y asesinos vivos o muertos. Algo hemos progresado, al menos en algunos países, porque en otros se sigue acabando con las personas a machetazos o a pedradas, y muchas veces acusados de delitos que no lo son, por fanatismo religioso,  por diferencias políticas o por la puñetera tradición. Estos días, desde algunos sectores y algunos medios se está criticando al autobús de Podemos, el Tramabús, que recorre las calles de Madrid con las caras de los políticos corruptos pintadas en la carrocería. Hay de todo, desde los que están en la cárcel por corrupción hasta los que se han aprovechado de su paso por la política para después ser consejeros de empresas del Ibex. Son todos los que están pero no están todos los que son. De ahí que yo también critique el Tramabús, pero porque me parece poco un autobús. Se necesitaría un tren con cien vagones o más para poder colocar las caras de todos los políticos, empresarios, banqueros y sindicalistas deshonestos y chorizos que han robado el dinero público. Porque los millones que han detraído del erario, ya sea por robarlo directamente o por sus triquiñuelas para que no se ingresara lo que corresponde, han conseguido el deterioro de los servicios a los ciudadanos. El dinero robado o no ingresado significa menos becas para la gente que las necesita, menos pensiones, deterioro de la sanidad, menos investigación, peores trenes y carreteras, menos ayuda a los parados. Si de mí dependiera, en todas las estaciones de tren, de metro, en todos los vagones, en lugar de carteles de cremas, coches, ronaldos, messis, loterías primitivas y cortes ingleses, pondría la cara de todos los sinvergüenzas de este país que han metido la mano en el fondo común o que no han aportado lo que les corresponde. Carteles de Se busca vivo en los idiomas oficiales de cada comunidad. Y en inglés para los guiris: Wanted alive.

Evaristo Torres Olivas

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