“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 24 de noviembre de 2016

Bienaventurados

No sé si es bueno que a uno lo quiera todo el mundo todo el tiempo. Mi experiencia me dice que eso solo pasa con las personas con discapacidad intelectual, con quienes nunca opinan sobre política, nunca hablan de ricos y pobres, explotados y explotadores y se mantienen al margen de todo aquello que pueda suscitar algún tipo de polémica; personas que no se alinean  en ningún bando, y si lo hacen es en aquel que en el que milita todo el mundo y a nada compromete: el amor a la tierra, a los pajaritos, a la vida sencilla y a la familia.  El Beatus ille. Y puede ser que también pase con  algún hombre bueno, en el buen sentido de la palabra. Sé que José Iranzo, el Pastor de Andorra,  no pertenecía a la categoría de los discapacitados, ni físicos ni mentales: era un hombre fuerte, sencillo e inteligente.  Y con una voz prodigiosa, según cuentan los entendidos. Una voz salvaje, hermosa. Tras su muerte, todo han sido elogios, en todos los periódicos, de la derecha a la izquierda, pasando por el centro. Lo han elogiado  el PP, el PSOE,  Podemos e IU. Y todos con palabras idénticas. Lo que dijo Fraga de él lo sostendrían hoy Rudi, Lambán, la alcaldesa de Andorra, de Izquierda Unida o Violeta Barba, de Podemos. Echenique ha hecho bien en no pronunciarse porque si lo hace y se entera Jiménez Losantos—  el xenófobo, el insultón, el maleducado— lo manda para Rosario, Argentina. Cualquiera de esos, de cualquier partido, no dudaría en afirmar que José Iranzo es uno de los suyos. Y ha habido unanimidad a la hora de darle premios en el pasado y la habrá de ahora en adelante. Seguramente se lo merece todo por ser un hombre bueno. Pero no estoy seguro de que habría habido tanta unanimidad en todo si en lugar de cantar palomica, palomica, no levantes tanto el vuelo, porque te saldrás de España y no sabrás volver, hubiera cantado que de los pobres nunca hay un amigo, hay un  amigo siempre de los más ricos, que a esos les llevan agua y cordericos. O si le hubiera cantado una jota a Endesa para que dejara de joder a los mineros. Y es que a los poderosos no les gustan los rebeldes y desobedientes. Bienaventurados los mansos.

Evaristo Torres Olivas

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