Afirma don Miguel Ángel Lafuente, diputado del PP, en las página del Diario de Teruel del pasado día 26 que no entiende a “algunos que niegan el esfuerzo personal y la ambición sana y legítima por mejorar”. Yo no he conocido a nadie que sostenga semejante tontería. Tal vez don Miguel Ángel sea uno de ellos. La mala calidad de su prosa, plagada de faltas de ortografía y de puntuación, demuestra que no se esforzó mucho en sus años escolares y que no ha tenido ambición por mejorar en años sucesivos. Tampoco se esmeró demasiado en el estudio de la asignatura de Historia: pasa directamente de Altamira al Renacimiento para demostrar que “fuimos capaces de evolucionar”, como si el progreso fuera un proceso lineal, siempre a mejor, y no un camino tortuoso con bajadas y subidas, con avances y retrocesos. A lo largo de la historia ha habido siglos de las luces y siglos de las tinieblas. Pero al señor Lafuente le deben de parecer mejor las tinieblas que las luces porque desprecia a los que llama “iluminados con coleta”. No se afana mucho don Miguel Ángel en comprender los hechos y sus causas y recurre a lo primero que se le ocurre: según él, los recientes “ejemplos helénicos” se han dedicado a “ponerlo todo en riesgo” y a “jugar a la ruleta”, como si en la situación en la que se encuentra Grecia no tuvieran nada que ver los partidos de ideología afín al Partido Popular y las instituciones conocidas como la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). Como no creo que haya mala fe en lo que escribe el diputado Lafuente, habré de concluir que es solamente ignorancia. O falta de ambición sana y legítima por mejorar.
Evaristo Torres Olivas
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