“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 16 de junio de 2015

En technicolor y sensurround

El abogado Víctor M. Serrano Entío publicaba el pasado viernes un artículo en Heraldo  en el que, a mi entender, arremete arbitrariamente contra lo que  llama la “impostura de retransmitir en streaming”.  Desprecia a los “políticos jóvenes y nuevos” que confunden “trasero con témporas y transparencia con una lente de videocámara”. Don Víctor se arroga además el derecho, sin que nadie se lo haya concedido, de hablar en nombre de todos los ciudadanos y decir que en lugar de tanto “streaming” y de tanta “ocurrencia y videopactochadas” que nada aportan, “los ciudadanos nos hubiéramos conformado con saber en qué se fundamentan los pactos”.  Tal es su desprecio hacia Podemos y otras formaciones que utilizan las redes sociales,  que los llama “políticos sin biblioteca”. Son muchas más las opiniones ofensivas que vierte el señor Serrano. Y como alternativa a lo que hacen los políticos de nuevo cuño,  nos pone el ejemplo de los que comparten profesión con don Víctor, los abogados. Esos que en secreto negocian acuerdos para sus clientes y estos solamente “asisten al momento en que nos damos la mano, estampamos firmas y disfrutamos de nuestro esfuerzo hecho pacto”. Le ha faltado añadir que previo pago de unas abultadas minutas. Seguramente estará pensando, como ejemplo de buen hacer, en el tratado comercial y de inversión entre la UE y EE UU (TTIP), donde políticos, abogados y otros expertos negocian con total discreción y en la intimidad en nombre de los ciudadanos. No seré yo quien iguale a todos los abogados, ni que diferencie a los nuevos de los viejos, a los letrados con o sin biblioteca. Tampoco daré mucha credibilidad a la maldición de “pleitos tengas y los ganes” o al consejo de “más vale un mal acuerdo que un buen pleito”. Solo diré, para terminar, que a mí me parece bien que haya debates, que las negociaciones políticas  se emitan en “streaming”, tecnicolor y “sensurround”. No sé qué opinarán el resto de de los ciudadanos porque no tengo ni la  audacia ni la arrogancia de hablar en su nombre. Y un consejo para el señor Serrano: si las negociaciones en Internet le parecen un “aburrido espectáculo”,  puede buscar en Google otros que le gusten más. Una serie de abogados o leer alguna de las novelas de John Grisham.

Evaristo Torres Olivas
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si hay una negociación política de culaquier tipo en abierto, habrá otra en cerrado o en negro, mande quien mande, lleven los negociadores caspa, coleta o tupé.