En las siguientes líneas voy a describir las deficiencias que he observado en los
historiales de los candidatos que se han presentado a las elecciones primarias
de algunos partidos y coaliciones. En general, y considerando los puestos a los
que aspiran, son muy breves y poco estructurados. En algunos casos porque las
propias normas limitan la extensión; en otros, porque los candidatos no quieren
ampliar más. Lo bueno, si breve, dos veces bueno, deben de pensar. El problema
es que muchos son breves y malos. La omisión de información también es
frecuente: por ejemplo, candidatos que no proceden del municipio por el que se
presentan, omiten el lugar de nacimiento, o aquellos que han militado en otros
partidos y no lo dicen. Otra deficiencia consiste en no ordenar la información
de manera cronológica, en muchos casos para intentar enmascarar las lagunas o
los periodos de inactividad, o aquello que no se quiere contar. La tercera
fuente de error consiste en presentar como relevante información que es
accesoria: pertenecer a una escuela de alpinismo, ser presidente de la
comunidad de vecinos o socio del club de fútbol del hijo de ocho años, debe
figurar en el apartado de aficiones, pero nunca en el cuerpo principal del
texto. También son frecuentes las afirmaciones generales de difícil
comprobación como que, y cito textualmente un caso real, se ha “participado activamente en diferentes
cuestiones relativas a la participación en políticas públicas”. O que se ha
sido cooperante en organizaciones de todo tipo, sin precisar cuáles, durante
cuánto tiempo y haciendo qué. Enumerar trabajos poco concretos también es
habitual: haber trabajado en la empresa del padre o de la tía, impartir clases
por internet, sin precisar duración ni datos que permitan la verificación. Como
anécdota me viene a la mente el caso de un conocido que dijo que trabajó en
producción para una película de
Berlanga. Era cierto que su cometido pertenecía a producción: se encargaba de
llevar de un sitio para otro a media docena de gallinas que aparecían en
algunas secuencias de la película. No se trata de simples errores, sino que en
la mayoría de los casos son intencionados para intentar engañar —y con
frecuencia lo consiguen—a los votantes.
Evaristo Torres Olivas
Productor cinematográfico
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