“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 1 de diciembre de 2014

El alabardero

El jueves pasado hablaba aquí de los estudios y la experiencia de los políticos; el viernes, de los partidos como agencias de empleo para colocar a los ninis. En la presentación de la revista Turia pude comprobar que mis afirmaciones son correctas, que no se trata de meras opiniones sin fundamento. En el millar y medio de columnas que llevo escritas he dedicado media docena a las presentaciones de Turia. En un acto en el que los escritores deberían ser los protagonistas, se meten por medio los políticos para aburrir a la concurrencia con sus discursos, siempre los mismos: que en Teruel sabemos hacer resistas culturales y que Turia es un referente en España y en el mundo. Pero es que además lo hacen por triplicado: un político de Zaragoza, otro del Ayuntamiento de Teruel y un tercero de la Diputación. Los asistentes queríamos escuchar a Chirbes y lo dejaron hablar menos que a los aburridos políticos. Nuestro alcalde, Manuel Blasco, que presume de ser un vendedor de Teruel por toda España, la caga allí donde va. Don Manuel tiene buena percha, pero en cuanto abre la boca, la pifia. Sería un magnífico alabardero en la puerta del Ayuntamiento o un actor sin texto en las Bodas de Isabel. Tiene otro defecto: no es consciente de sus limitaciones y quiere hacerse el gracioso, haciendo sentir vergüenza ajena. En la intervención del pasado jueves,  pronunció mal el nombre del autor, Chirbes, a pesar de que tenía un cartel delante de sus narices donde podía leerlo. También dijo que solamente había estado una vez en el ministerio de Cultura y que la revistas culturales que allí vio eran todas muy delgadas y con muchas fotos (le faltó decir que tenían muchos santos), mientras que la nuestra tiene quinientas páginas. A Blasco, la guía de teléfonos de Nueva York le debe de parecer el mejor libro del mundo.  Pero  la guinda final la puso cuando quiso elogiar tanto a la publicación turolense que dijo que era tan buena y tan amena que era el mejor remedio contra el insomnio. Sus intenciones serían otras, pero lo que dijo es que Turia aburría a las ovejas. También nos contó que había tenido el “honor” de presentar Turia en Madrid, Santander y Soria, y me entraron sudores fríos solo de pensar en la imagen de nuestra capital que proyecta este hombre. Blasco como embajador de la revista Turia es tan adecuado como si nombráramos a Cecila, la del Ecce Homo de Borja, embajadora del Museo del Prado.

Evaristo Torres Olivas
En las próximas elecciones votaré a Blasco para el puesto de alabardero en la puerta del Ayuntamiento. Haría una buena pareja con el agente Loras. Para alcalde, mejor votar a otros con mayor capacidad intelectual.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también estuve en esa presentación y no sólo fue patética la intervención del alcalde. Si recuerdas lo que dijo Humberto Vadillo, Director General de Cultura del Gobierno de Aragón, no le fue a la zaga. Habló de algoritmos y de sus recuerdos de infancia en Teruel, paseos entre el Alfambra y el Guadalaviar incluidos, así como del "tráfago" de no sé muy bien qué. Todo ello para demostrar que no tiene ni idea de lo que es Turia y para declarar abiertamente que tampoco tiene intención de enterarse. Le faltó decir: "total para lo que me queda en el convento ..."

Anónimo dijo...

Y de Humberto Vadillo, director general de cultura del gobierno de Aragón, ¿no dices nada? ¿Acaso no lo oíste hablando de algoritmos, de Telefónica, de César Alierta y del tráfago de no sé qué? Todo esto en la presentación de una revista cultural, de la que no se había leído ni el índice ni, si me apuras, lo que pone en la portada. Éste ¿qué?

Anónimo dijo...

¿Y de Vadillo no dices nada? Tanto hablar de algoritmos y del tráfago de qué sé yo.