skip to main |
skip to sidebar
“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino
Mil y cien mil
Con esta se alcanzan las mil entradas, posts, columnas o como queramos llamarlos, que se publican en este blog. Mil. Un número redondo. Nos gustan los números redondos para todo: los cien días de un nuevo gobierno, la Guerra de los Cien Años (que duró 116), Cien años de soledad, Las mil y una noches (capicúa) o Mamá cumple cien años. Dentro de unas semanas también se cumplirán las cien mil visitas al blog. Otro número redondo. Como los Cien Mil Hijos de San Luis. Para los que no hemos arruinado empresas, ni recibido un bonus multimillonario, ni llevado a la quiebra a una caja de ahorros, ni percibido comisiones de ningún tipo, ni viajamos en coche oficial, ni cobramos un huevo por no hacer nada, las pequeñas cosas, como escribir columnas, cultivar un huerto, o enseñarle a la niña a montar en bici, suponen una alegría muy grande. Pero como la alegría lo es más si se comparte, quiero compartirla con los lectores que durante estos años me han seguido, primero en el Diario de Teruel, y después aquí, en este espacio de Internet. Este blog nació a petición de algunos amigos que no vivían en Teruel y no podían leerme en el Diario. Cuando el enemigo de la libertad de expresión, el censor Antonio Arrufat, me cortó las alas, me refugié en esta apartada orilla donde, de momento, más pura la luna brilla y se respira mejor, lejos del aire podrido, corrompido y pestilente de los garitos de los tahúres de la política como Arrufat y sus secuaces. Desde aquí, y con ánimo de molestar, les dirijo mis dardos a los rufianes y malhechores con corbata, sotana o gorra de plato, que nos joden la vida. Y a los blascos y pobos, guillenes y arrufates, que se esfuerzan día a día en convertir las aguas limpias y transparentes de la convivencia en un bebedero de patos. Para todos ellos, mortadela de olivas y vino peleón; y un deseo: que la prima de riesgo de sus vidas les roa la conciencia día y noche. Para vosotros, lectores, y para mí, jamón de Teruel y una copa de buen vino. ¡Salud!
Evaristo Torres Olivas
¡A vuestra salud!
7 comentarios:
Mil felicitaciones, maestro.
Y que no fallen Evaristo, da gusto leer tus artículos. En cierta medida la inquina que sentimos la ciudadanía nos la "cobramos" leyendo tus artículos, cuando le metes caña a los caraduras y sinvengüenzas que no nos representan, pero que siguen chupando del bote.
Por muchos años y nosotros que lo veamos.
Salud
Salud Evaristo, y saludos de un joven que te lee todos los días y te da un poquito de publicidad en su perfil de una red social.
Enhorabuena Evaristo!!! No rebles, que necesitamos que alguien nos demuestre que lo normal y coherente no es lo que vivimos. Muchas gracias por tu esfuerzo diario.
Salud y ánimo.
Felicidades,muchas gracias por tus "resumidos cuentos"y mucha salud para seguir con ello.
Publicar un comentario