Por casualidad

Anteayer me enviaron un correo que pueden ustedes leer en los comentarios de la columna del día 11 (Censurión).  Ayer,  con los datos que me proporcionaban ese o esos ciudadanos anónimos, escribí una columna prudente: necesitaba contrastar y  confirmar los datos antes de lanzarme a acusar a nadie de malas prácticas. Pero no ha sido necesario contrastar nada. Cuando ayer por la mañana me disponía  a hacer algunas llamadas para comprobar los hechos, leo en el Heraldo de Aragón  una noticia firmada por M.A. Moreno en la que se confirman todos los datos que me proporcionaban en el correo.  Y no solo eso, sino que los actores de la farsa, que son la alcaldesa de Ojos Negros, Esther Ibáñez,  la concejala del mismo ayuntamiento, Sonia Lucas y el vicepresidente segundo y delegado de Obras Públicas de la Diputación, Ramón Millán, no solamente nos hacen reír sino algo que es mucho peor: se ríen de los ciudadanos con sus explicaciones absurdas. Veamos los hechos: Millán, Ibáñez y Lucas son del PAR. En Ojos Negros gobierna el PAR. Millán es responsable de Obras Públicas (los que asfaltan los caminos, entre otras responsabilidades). E Ibañez, además de alcaldesa, es secretaria (personal de confianza) del vicepresidente de la Diputación.  Se asfalta un camino en Ojos Negros y de paso asfaltan “por motivos técnicos” otro camino particular que ¡oh casualidad!, conduce a la granja de una concejala del PAR que está en el mismo ayuntamiento que la alcaldesa que también es del PAR y que además trabaja con el responsable de Obras Públicas de la Diputación que, también por casualidad, milita en el PAR. Y no da la casualidad que a otros vecinos que también tienen granjas les asfalten los caminos “por motivos técnicos”.  Pero por si esto fuera poco, la dueña de la granja asfaltada declara que es un error pensar que se ha aprovechado de la maquinaria y sentencia, en plan Scarlett O´Hara: “Lo que hice, bien hecho está”. Y sigue la farsa con las declaraciones de la alcaldesa cuando destaca que la concejala pagará al Ayuntamiento  “al 100%” el importe del asfaltado. Qué casualidad que piense pagar cuando se descubre el pastel. Como ven, en toda esta historia todo sucede por casualidad. Pero el descojone mayor, el clímax de esta comedia de enredo, se produce cuando Ramón Millán, el vicepresidente de Obras Públicas de la Diputación, que tiene por profesión la de conductor de maquinaria pesada (según se puede leer en la  la web de la Diputación) y que tal vez fue quien habló en plan colega con los operarios de la máquina de asfaltar caminos de concejales del PAR, afirma, poniendo cara  no sé  si de Buster Keaton o de empleado de funeraria,  que se sorprendía  de las quejas de los vecinos. La presidenta de la Diputación, doña Carmen Pobo, si de verdad quiere cumplir con sus promesas de investidura, debería pedirle al señor Millán que dimita. Y si no lo hace, retirarle todas las responsabilidades que tiene en la Diputación. Seguro que el resto de los partidos, que no sean el PAR, la apoyarán. Y en Ojos Negros, los tres concejales del PSOE y el del PP, deberían pedir  la dimisión de la alcaldesa Ibáñez y de la concejala Lucas. Y yo enviaré una carta al Diario de Teruel (que seguramente no me publicarán) para decir lo mismo que digo aquí. Y pediré a algunos políticos que conozco que pidan explicaciones en la Diputación y condenen las prácticas abusivas. Y animo a los lectores de este blog a que hagan lo mismo que yo. Y a los habitantes de Ojos Negros, a que escriban una carta con tantas firmas como sea posible, en la que expresen su indignación y pidan la dimisión de la alcaldesa y de la concejala y la entreguen en la secretaría del ayuntamiento.
 

Evaristo Torres Olivas

Heraldo de Aragón de ayer, jueves, 12 de abril. Pinchen y lean