Helo ahí a don José Ángel Biel. Más chulo que un ocho. Sus proyectos faraónicos, sus grandes obras con las que quería pasar a la posteridad, a las enciclopedias que leerán los escolares del futuro en sus tablets, ipads, ipods, se están yendo a la mierda uno tras otro. Las luminarias del Torico, a tomar por saco. El Motorland de los cojones, 50 millones para Dorna. Gran Scala, “a cascala”. Ya solo falta que se escoñe lo del desguace de aviones de Caudé para rematar la faena. El señor Biel es como el pato de la Patagonia: una pisada, una cagada. En cualquier otra profesión, un palmarés de fracasos como ese sería motivo para que al autor le recomendaran cambiar de profesión, disfrazarse o hacerse la cirugía estética para que no lo reconozcan o, aprovechando la oscuridad de la noche, desaparecer de España y pedir asilo en Laponia (destino turístico y laboral de moda). Pero en el oficio de político rigen otras normas: cuanto peor lo hacen, más les premian. El pueblo soberano somos así. Nos va la marcha. Claro que el señor Biel ha hecho todo lo que ha podido para ocultar las cláusulas confidenciales con Dorna. Cuando el Gobierno de Rudi no han tenido más huevos que hacerlas públicas, porque los servicios jurídicos del Parlamente se han pronunciado y han establecido que el derecho a la información prevalece sobre la confidencialidad, don José Ángel le ha recordado al consejero Bermúdez de Castro que se acuerde de qué partido apoya al PP y que ojito, mucho ojito con lo que hace. Ese estilo recuerda al de una banda que nació en Sicilia hace ya muchos años, y que no es una banda de música, precisamente. O al del paciente que agarra de las pelotas al dentista y le dice: ¿verdad, doctor, que no nos vamos a hacer daño? Una vez que los ciudadanos hemos conocido los trapos ocultos, hemos podido constatar que quien se considera el clavico del abanico, la guindica del pastel o el pitorrico del botijo, ha permitido la firma de un contrato totalmente favorable a los intereses de Dorna Sports. Pero no pasa nada, el PAR, comandado por El que muele gordo, seguirá siendo el partidico bisagrica que proyecto que toca, proyecto que jode. Una pisadica, un cagadón.
Evaristo Torres Olivas
Helo ahí al Little Nail of the Spanish Hand Fan (Clavico del Abanico)
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