Cuando yo me ganaba el sustento de machaca en la empresa privada, una de las herramientas que se utilizaba para fijar el salario de la tropa era la retribución por objetivos. Si se hace bien, si los objetivos son pactados y no impuestos, el método es, en mi opinión, uno de los más justos. Para que así sea, los objetivos deben suponer un reto, deben ser alcanzables y sobre todo, han de ser medibles. Si no se pueden medir, no hay manera de valorar el grado de cumplimiento. Algunas personas intentan fijarse objetivos que no suponen ningún reto, objetivos que se alcanzan con la gorra: colocar dos ladrillos por hora; por el contrario, los jefes pretenden fijar objetivos inalcanzables, fuera de órbita: colocar 100 ladrillos por minuto. Pero el mayor peligro consiste en fijar objetivos imposibles de medir; es la especialidad que prefieren los vagos, los inútiles, los jetas y los fanfarrones. Como no se pueden medir, el grado de cumplimiento dependerá de apreciaciones subjetivas y estos personajes son maestros en el arte del autobombo y la autocomplacencia. Un ejemplo de esta forma de actuar la encontramos en la presidenta de la Diputación de Teruel, Carmen Pobo, a quien le dedicaré esta y tres columnas más. En una entrevista en la revista de su pueblo, Cella, le preguntan qué le gustaría conseguir a lo largo de la legislatura. Y esta es la respuesta: “Mi objetivo es conseguir que Teruel pese en el mapa de España y, además, voy a intentar mejorar en todo lo que pueda la calidad de vida de los turolenses”. Cojonudo, doña Carmen. ¿Y cómo sabremos, al final de la legislatura, si Teruel pesa más en el mapa o si ha mejorado la calidad de vida de los turolenses? No es válida la respuesta de que lo dirán los turolenses en las urnas porque a ninguno se le ha preguntado ni se le preguntará si quiere que usted fuera presidenta de la Diputación. Como usted misma reconoce, el puesto lo ha conseguido a dedo y se lo debe a doña Luisa Fernanda: “Agradezco enormemente la confianza que la Presidenta, Luisa Fernanda Rudi, ha depositado en mí para desarrollar este cargo”. Ese, doña Carmen, sí es un objetivo alcanzable y medible: adular a la jefa para obtener suculentos beneficios. Fíjese lo que pesa usted en el mapa del PP de Teruel y cuánto ha mejorado su calidad de vida desde que se dedica a la política.
martes, 28 de febrero de 2012
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1 comentario:
¿Dónde habrá ido a parar el mono azul impoluto que se calzó en la campaña de las autonómicas para salir en el Diarreo? ¿Lo tendrá ya hecho trizas y con manchas de gasoil?. ¿Se lo volverá a enjaretar ahora en la próxima campaña?; campaña de siembra de la patata, digo.
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