“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 23 de diciembre de 2011

Los incrédulos

Hace unos días, en mis búsquedas por Internet, tropecé con una entrevista que le hicieron a Carmen Pobo en Teleteruel con motivo de las elecciones municipales y autonómicas. La entrevista es mala, muy mala. La misma vacuidad de siempre. Los ciudadanos ya estamos acostumbrados a esa jerga insustancial. Desgraciadamente. Pero una cosa es hablar y no decir nada durante mucho rato y otra cosa decir bobadas o, todavía peor, mostrar una ignorancia que avergüenza a quien la escucha. No sé a ustedes, pero a mí, cuando oigo que nuestros políticos locales hacen el ridículo, se me sube el pavo. Y eso es exactamente lo que me sucedió cuando escuché a doña Carmen decir lo siguiente: “Yo no soy muy crédula de las encuestas, la verdad. Yo siempre digo que las encuestas se realizan sobre una población muy pequeña, por ejemplo mil  personas, cuando los ciudadanos de Teruel son 36.000, por ejemplo. Entonces, el porcentaje es muy pequeñito para saber que eso sea así la realidad”. La mejor respuesta que se me ocurre darle a la señora Pobo es la que aparece en el blog de Metroscopia: ““No creo en las encuestas”. Mal empezamos... Es tanto como decir “no creo en los termómetros”. Las encuestas, como los termómetros, no son una cuestión de fe, pertenecen al mundo más humilde y pragmático de la medición. Si están bien hechas, son una herramienta para medir, y así describir, los estados de opinión de una sociedad en un momento determinado. Los datos están ahí y son los mismos para todos. Otra cosa es cómo se analizan e interpretan...”. Me molesta que tengamos unos políticos tan ignorantes. Y también me da miedo. Porque un político que dice no creer en las encuestas, también puede afirmar que no cree en que hoy sea viernes o  en que el orden de los factores no altera el producto. Si niega lo evidente, imagínense qué no hará con aquello que requiera un poco más de reflexión, como por ejemplo calcular el número de ángeles que caben en la punta de un alfiler, la temperatura del infierno o medir la superficie del Paraíso. O el reparto de una cantidad de dinero X entre los 236 pueblos de la provincia de Teruel. Igual se le cruzan los cables y nos sale con que no cree en los repartos.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si, todo que tenga que ver con la ciencia y las nuevas tecnologías, no son lo suyo, de hecha ha masacrado a las e la DPT con un ¿recorte? del 80%.
Se ve que para salir de la crisis y crear empleo no hay nada como ir en burro.....................