Madonna y Lady Gaga

Tantos años de lucha por la democracia para que al final todo se reduzca a elegir entre Bic cristal, que escribe normal y Bic naranja, que escribe fino. Almunia y Rudi. Semanas les ha costado ponerse de acuerdo antes de tener un  cara a cara en la televisión. Todo pactado, desde el color de la ropa, el número de cámaras, el camerino, el tipo de plano, la distancia, la mesa, la iluminación. No sé si también el color de los ojos del moderador y el de los zapatos de la regidora. ¿Alguien se imagina a un estudiante que vaya a examinarse para una oposición o a un trabajador que se presenta a una entrevista, y le vaya con esas exigencias al tribunal o al responsable de selección? Lo más seguro es que tanto al estudiante como al trabajador los mandaran a tomar viento fresco. Y con razón. Solamente a los divos y divas de la canción o del cine se les ocurren tales gilipolleces. Algunos piden un camerino con una bañera llena de leche de burra, cuatrocientas botellas de agua mineral  Chichi de la Bernarda con gas, o doscientas chocolatinas de la marca Acme servidas en bandejas de oro macizo. Caprichitos. No creo que doña Eva y dona Luisa Fernanda se crean que son Madonna y Lady Gaga. O sí. Lo cierto es que tanto una como la otra han recurrido a asesores, estilistas, modistas y propagandistas para no sé bien qué. Tal vez merecería la pena si sacaran nuevo disco, pero repiten siempre  la misma tabarra; doña Luisa Fernanda que el carro nos lo han robado los socialistas. Y doña Eva con la jota esa que dice que “en charlicas de casino, proyectos de concejal y promesas del pepé, qué poquico hay de verdá”. Los asesores son como las antiguas casamenteras o las modernas agencias matrimoniales. Nos prometen la felicidad eterna pero después de sacarnos los cuartos y pasados los tres primeros meses de matrimonio, descubrimos que nos equivocamos en la elección de pareja; que la esposa o esposo que nos han endiñado no cumplen con lo prometido. Así que antes de comprometerse por cuatro años con la primera o primero que nos tire los tejos, es preferible buscar, comparar;  por si encontramos algo mejor. Yo ya tengo claro que antes que casarme en las urnas con una de estas dos, prefiero quedarme soltero y entero. O íntegro.

Evaristo Torres Olivas