“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

sábado, 23 de abril de 2011

La lógica

La lógica es muy importante. Permite ordenar el mundo y entender el porqué de las cosas. Sin lógica nos volveríamos locos; todo nos parecería injusto y carente de sentido. Veamos algunos ejemplos. Me cuentan los más viejos de mi pueblo que en la posguerra, el ayuntamiento regalaba aceite a los que tenían cerdos para que pudieran echar la conserva. A los que no tenían cerdo, no les daba aceite. Lógico. Gobernar no es nada fácil. Y las leyes de la economía, que es una ciencia muy lógica, nos dicen que hay que optar por la asignación de los recursos escasos de la manera más eficiente. ¿De qué sirve regalar gasolina al que no tiene coche? ¿Es eficiente regalar una libreta y un lápiz al que no sabe escribir? Sería un despilfarro. Pues lo mismo pasaba con el aceite. ¿Qué hubiera hecho un pobre sin cochino con el aceite del ayuntamiento? Seguramente freír patatas, rehogar coles o cosas peores. Me dirán que el ayuntamiento podía haber optado por regalar un cerdo a los que no tenían ninguno. También tendría su lógica. Sí, pero hay una regla lógica que está por encima de todas las lógicas: no se pueden cumplir todas las lógicas a la vez. Es necesario optar. O priorizar que se dice ahora. Y si nuestros alcaldes y concejales de antaño decidieron optar por la lógica de dar aceite a los que tenían cerdo en lugar de dar cerdo y aceite a los que no tenían ni lo uno ni lo otro, sus razones tendrían. Algún malpensado dirá que los alcaldes y concejales que tomaban esas decisiones tenían en casa un guarro, además de ellos mismos. Es fácil hacer suposiciones y mancillar el honor de aquellos que  ya no pueden  defenderse. Es sencillo ponerse a enjuiciar decisiones del pasado con las gafas de hoy, pero habría que estar en la piel de aquellos hombres (no digo hombres y mujeres porque en aquellos tiempos las mujeres no estaban en los ayuntamientos, ni para dar aceite a los que tenían puerco ni para otras marranadas). Ya verán como dentro de cincuenta años también habrá gente que critique que un gobierno socialista haya dado dinero a los banqueros que causaron las crisis, que no deja de ser lo mismo que dar aceite a los que tienen cerdo. O dar margaritas a los cerdos.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Anónimo dijo...

como comentaste hace un par de días. La derecha y la izquierda poco se diferencian. Yo diría que la izquierda española está a la derecha de la derecha alemana y francesa que son los que mandan en europa y españa. Total que zapatero pinta lo mismo que yo en mi casa la paredes y cuando lo dice mi madre.