Deseos de un ingenuo para el 2011

La guerra es el negocio de matar. Que se acabe ese negocio en el 2011. En muchos países, el único contacto físico es la violencia. Que se acabe la violencia en el 2011. Hay lugares en los que se practica la ablación que condena a la mujer a no sentir porque sentir es de putas. Que se acabe la ablación en el 2011. En Irán no está bien visto que las mujeres canten porque cantar despierta emociones y sentir emociones es pecado. Que canten las mujeres en Irán y en todo el mundo. Hay lugares en que las personas se sostienen rebuscando desperdicios en los vertederos. Que en 2011 la economía sostenible no consista en comer mierda de los basureros. En la India, en África, en algunos países de Latinoamérica hay pueblos y aldeas con altos índices de personas monorrenales debido a lo que se ha llamado “donación recompensada”. Que en 2011 desaparezcan los hijpoputas que comercian con órganos. En España, hay alcaldes de derechas que piensan en los “morritos” de una ministra que a su vez afirma que ella nombra en su ministerio “a quien le sale de los cojones”. Que en 2011 esos alcaldes y esas ministras desaparezcan de la gestión de la cosa pública. En Teruel, el presidente de la Diputación y del único diario de la provincia, subvencionado con dinero público, ejerce de censor y concede el nihil obstat y el imprimatur con el mismo criterio que la ministra en cuyos “morritos” piensa un alcalde de derechas. Que en el 2011, personajes de esa calaña lo único que presidan sea una asociación privada que los tenga a ellos como único miembro. Warren Buffet y Bill Gates se reúnen en una cafetería y deciden crear una fundación para la investigación de enfermedades. Rafa Nadal, Federer, Shakira y Madona también tienen su fundación para repartir migajas. Que en 2011 la suerte de los desfavorecidos no dependa de la caridad de los ricos sino de la justicia de los estados. La Iglesia quiere leyes terrenales para recaudar dinero del Estado pero apela a la ley divina para fiscalizar sus cuentas. Que en 2011 el Estado ejerza la caridad en la financiación de la Iglesia y que el Tribunal de Cuentas fiscalice en qué se gasta esa “oenegé” el dinero recibido. A los Fabra, Alierta y otros de su condición los declaran inocentes por prescripción. Que en el 2011  las únicas prescripciones sean las de los médicos.

Evaristo Torres Olivas