“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

domingo, 10 de enero de 2010

Sostengo

Tengo una hipótesis. Y como una columna de un periódico no es un tratado científico y mis observaciones empíricas no están recogidas de forma sistemática y documentada tal como exige el método científico, no pretenderé convertir mi hipótesis en Teoría General y ni en Ley Universal. De momento. Sostengo, como Pereira, o como Popper, que los políticos están por debajo de la media intelectual y moral. A lo largo de la historia, si uno se fija bien, cada vez que alguien, ya sea un filósofo, un iluminado o un científico, alumbra a la humanidad con algo nuevo para mejorar la situación de la gente, siempre llega alguien y lo jode todo. En el caso de la Democracia, ese sistema maravilloso, el gobierno del pueblo por el pueblo, los que la han jodido y la siguen jodiendo día a día son los políticos. En unos sitios más que en otros. Tomemos España. Nuestro país. Y tomemos los dos partidos mayoritarios: PSOE y PP. No por nada, sino porque son los que gobiernan en la gran mayoría de las instituciones y los que han tenido en sus manos la posibilidad de convertir este país en un lugar decente, los que han podido cambiar las leyes, avanzar en la transparencia de la que tantas veces hablan y tan poco han hecho para que sea efectiva. Los resultados de esta ineptitud de los dos partidos mayoritarios se reflejan en las últimas encuestas del CIS: por detrás del paro y la situación económica, los ciudadanos perciben a los políticos como el mayor problema que tiene España, por delante del terrorismo. ¡Manda huevos! Aquellos que en todas sus manifestaciones públicas nos dicen que están para resolver los problemas y resulta que los ciudadanos opinamos que no sólo no los resuelven sino que los crean; es más, ellos, los políticos, son el problema. Los motivos por los que tenemos esa percepción de los actores de lo que debería ser una noble actividad, la política, son varios. Por un lado está la lacra de la corrupción. Y aquí las estadísticas nos muestran que no es mayor en la derecha—PP—que en la autodenominada izquierda—PSOE--; en esto están empatados. Por supuesto que sería injusto calificar a todos los dirigentes de esos partidos como corruptos. Lo que no es injusto es decir que han sido incapaces de poner freno en sus organizaciones al latrocinio incesante. Eso no se resuelve con bobadas como Códigos de conducta o de prácticas de buen gobierno, que son meras declaraciones de buena voluntad pero cuyas infracciones no son perseguibles judicialmente. Más eficaz serían unas nuevas leyes de financiación de partidos y de ayuntamientos, cambiar la ley electoral, permitir las listas abiertas para que los candidatos votados se deban a los votantes y no a los partidos que los designan por métodos nada transparentes. El discurso tanto del PP como del PSOE es incoherente porque tienen o han tenido en sus manos las acciones políticas y los instrumentos legislativos necesarios para cambiar la situación y no han hecho nada. Ni siquiera tenemos una ley de libertad de información, como la que tienen en más de 80 países en el mundo y 22 de los 27 miembros de la UE. En los Estados Unidos de América, por poner un ejemplo, tienen la FOIA (Freedom of Information Act), que obliga a la Administración a proporcionar información a cualquier ciudadano que la solicite; en caso de denegación, interviene la justicia. Intente aquí hacer lo mismo y verá las largas que le dan. Vaya al ayuntamiento de su ciudad o a la Diputación y pida que le den por escrito lo que reciben individualmente cada uno de los políticos, incluyendo dietas, complementos, suplidos, coches, gastos de representación, regalos y doscientos conceptos más cuyo único fin no es fijar, limpiar y dar esplendor, sino enmarañar, oscurecer y entorpecer. Mientras en las radios, las teles y los periódicos—el Diario de Teruel no es una excepción—simulan interesarse por la crisis, fingen sufrir con los parados, pregonan que se han congelado el sueldo, callan, por ejemplo, que un diputado o un senador raso—como los nuestros por Teruel—cobran unos sueldos que triplican o cuadriplican el que tenían cuando no ejercían ese cargo, no pagan un céntimo en los medios de transporte, tienen unas retenciones de hacienda ridículas, reciben 1.800 euros mensuales para manutención y alojamiento, perciben 250 euros mensuales para taxis, tienen unos fondos de pensiones escandalosos, no contribuyen en el pago de las cuotas de la Seguridad Social, acumulan salarios públicos y privados—José Antonio Alonso, Leire Pajín, Rodrigo Rato y muchos más— . Van a tarifa plana, no se requiere que justifiquen nada. Lo que no se les permite al resto de los ciudadanos, a ellos no les afecta. Incluso les pagamos las multas de tráfico. Están por encima de todo. Más que una clase, la clase política como se denominan ellos, son una casta privilegiada. Son unos titiriteros que interpretan su papel encima de los escenarios de las instituciones, hacen como que se pelean, pero una vez terminada la función, cuando se apagan las luces y se corre el telón, se van juntos de la mano a tomarse unas copas. Hasta el día siguiente en que se represente una nueva función de circo. Sostengo, al contrario que Stuart Mill, que muchos de nuestros políticos prefieren ser cerdos satisfechos antes que personas descontentas. Sostengo que son los políticos del PP y del PSOE, unos con su silencio y otros con su falta de ética, los que han conseguido que nuestra democracia se cubra de mierda.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
Tribuna enviada al DdT 4/1/2010 NO PUBLICADA

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Se entiende que no te lo publicaran. La casta política, eso es lo que son, mira por lo suyo y como directamente o indirectamente mandan en la mayoría de medios pues a acallar y ocultar la información o las opiniones discordantes.
Desde luego que un pais tan lleno de sociolistos, nazionalistes, progres totalitarios, buenistas y demas sectas destructivas y dañinas es evidente que tiene un problema. El daño se nota ya y la solución es dificil pero no perdamos la esperanza pues sino lo habremos perdido todo.
ARB

Anónimo dijo...

Yo, en cambio no entiendo que no lo publiquen pues, si bien depende el periódico de la Diputación Provincial de Teruel, no es un instrumento político al servicio de los políticos de turno si no un servicio público al servicio, como su nombre indica, de la gente.

Que no me sorprenda es otra cosa. Se abolió la figura del censor y en mala hora: ahora cualquier funcionarucho o politicucho se arroga de la facultad de discernir lo mejor para nosotros y para ellos y mete la tijera sin rubor.

¡Amigos, volvemos al siglo XIX! se acabó la prensa libre.

Juan Carlos Navarro.

Anónimo dijo...

Tienes razón, Juan Carlos.
La libertad de expresión es una de las tantas por las que las personas de nuestra edad hemos luchado a lo largo de los años. Que hoy, en pleno siglo XXI, en Teruel, una o dos personas sean las que decidan lo que hay que poner o no en un medio público es una desgracia para los ciudadanos de esta ciudad y de la provincia. Pienso que el equipo del Diario de Teruel, grandes profesionales, no tienen nada que ver, incluido el director. Creo que la sociedad aún tiene un miedo ancestral a expresar su opinión sobre las cosas, los hechos o las actuaciones de tal y cual. Pero se habla mucho más que antes en los lugares de reunión. No deseamos para nuestros hijos e hijas una sociedad como la que se ha creado aquí. Y sólo estamos tratando un asunto, que aunque es relevante, no impide que, a la larga, nos quejemos de otros, pues para eso estamos, para cultivar la democracia y transmitirla en su más amplia concepción. Se lo debemos a nuestros hijos e hijas.
José Luis Aspas.

michel dijo...

totalmente de acuerdo evaristo, qui es el que esta pagandolos sueldos del diario de teruel??
el que paga, aprieta...
jjajajja..
michel gorriz

Anónimo dijo...

Aunque no nos conocemos,sigo (o debo decir seguía)tus artículos que junto a otros contados merece la pena leer en DdT.Hace demasiado tiempo que no publican nada ¿Debemos sospechar presiones?¿Sólo es cansancio? NO REBLES

Eto dijo...

Sí, debes sospechar.