Hace unos días, leyendo el libro de un periodista y escritor, recordaba lo que él llama la ley kilométrica del periodismo. Tienen más interés y se le presta más atención a las noticias que tenemos cerca que a las que tenemos lejos. Nos interesa más el divorcio de Belén Esteban que quince muertos en un pueblo de Alemania. Añade otra variante: la del color de la piel. Prestamos más atención a los catorce muertos de Alemania que a doscientos negros asesinados en una aldea perdida de África.
Siguiendo con estas oposiciones, a mí se me ocurren otras como público y privado. En esta sociedad, lo privado es sagrado y atentar contra la propiedad privada un delito execrable. Pero estafar a Hacienda no es percibido como algo malo sino que incluso te puede convertir en héroe. Si una persona no paga el alquiler de su casa, se pone en marcha el aparato judicial para expulsarla, pero si un político aloja a su hijo gratis total en un piso perteneciente a una institución pública, con una simple amonestación y el secuestro informativo, asunto concluido.
Y hablando de lejos, cerca, blanco, negro, público, privado, secuestro informativo, videos hipócritas acusando al otro de defender la pena de muerte, lean el discurso secuestrado de Gervasio Sánchez cuando le concedieron el premio Ortega y Gasset de fotografía:“Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas. Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.”
Qué tiernas aquellas fotos de Leire Pajín y la vicepresidenta bailando con los negritos y hablando de cooperación y desarrollo y de la gran contribución de España. Claro que algunos de esos negritos no pudieron bailar con ellas, porque tal vez unas bombas de racimo españolas les segaron las piernas. Lejos, cerca, negro, blanco.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
Siguiendo con estas oposiciones, a mí se me ocurren otras como público y privado. En esta sociedad, lo privado es sagrado y atentar contra la propiedad privada un delito execrable. Pero estafar a Hacienda no es percibido como algo malo sino que incluso te puede convertir en héroe. Si una persona no paga el alquiler de su casa, se pone en marcha el aparato judicial para expulsarla, pero si un político aloja a su hijo gratis total en un piso perteneciente a una institución pública, con una simple amonestación y el secuestro informativo, asunto concluido.
Y hablando de lejos, cerca, blanco, negro, público, privado, secuestro informativo, videos hipócritas acusando al otro de defender la pena de muerte, lean el discurso secuestrado de Gervasio Sánchez cuando le concedieron el premio Ortega y Gasset de fotografía:“Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas. Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.”
Qué tiernas aquellas fotos de Leire Pajín y la vicepresidenta bailando con los negritos y hablando de cooperación y desarrollo y de la gran contribución de España. Claro que algunos de esos negritos no pudieron bailar con ellas, porque tal vez unas bombas de racimo españolas les segaron las piernas. Lejos, cerca, negro, blanco.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 1/8/2009
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