“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 5 de junio de 2025

Leire Díez, cabeza de turca

 Publicado en Heraldo de Aragón 20/06/2025

En España no sabemos apreciar a los grandes periodistas. La prueba: Leire Díez. Lleva varios años investigando para escribir un libro sobre las cloacas; en silencio, despacito. No como esos periodistas que escriben todos los días y cuentan cualquier cosa superficialmente sin contrastar datos ni fuentes fiables. Doña Leire se mete a fondo, se hace pasar por lo que no es, como Günter Wallraff, ese gran profesional alemán del periodismo bonzo que se disfrazó de pelagatos, aceptaba cualquier trabajo precario y mal pagado para desenmascarar a la gran Alemania, la del milagro económico. Doña Leire se las apañó para afiliarse al PSOE, ocupar cargos en ayuntamientos, empresas estatales como ENUSA o Correos, con salarios indignos. Y todo para sacar a la luz toda la basura de las instituciones que no son del PSOE.  Yo ya he enviado un correo a varias librerías para que me guarden un ejemplar del libro, aunque tarden cuarenta años en publicarlo. Ojalá sea antes y hagan una presentación a la que asistan el recién aforado diputado socialista Miguel Ángel Gallardo, acompañado de la Orquesta de Extremadura, dirigida por David Sánchez Pérez-Castejón. Si eso ocurre, asistirán miles de personas, por lo que no sería recomendable que la seguridad del acto corriera a cargo de Koldo García, por si las moscas. Propondría que el acto se celebrara en el Parador de Teruel, aunque me temo que resultaría insuficiente ante la avalancha de gente interesada en escuchar y comprar el libro de tan insigne investigadora. Pero soy consciente de que escribir una obra de tal magnitud lleva muchos años, razón por la cual en mi testamento vital dejaré escrito que la reserva de la obra que he hecho en varias librerías y en tiendas de comercio electrónico la hereden mis tataranietos. La abnegación, paciencia y entrega de doña Leire no deben caer en el olvido. Pocas personas son capaces de renunciar a una prometedora carrera profesional para dedicarse en cuerpo y alma a limpiar la sociedad de tanta podredumbre. Se merece el Premio Günter Wallraff de Periodismo.

Evaristo Torres Olivas

lunes, 2 de junio de 2025

Aniquilar, fusilar y desarmar al enemigo

 Que el fútbol es la guerra está claro. Muchos periodistas deportivos, si es que se le puede llamar periodistas, se encargan de recordárnoslo todos los días. Los futbolistas disparan cañonazos, lanzan torpedos que entran como misiles. Al portero hay que fusilarle. Hay que aniquilar al adversario e iniciar el contrataque. No se enfrentan dos equipos sino dos bandos. Robar la pelota, desarmar al contrario. Y docenas de otras expresiones agresivas. Resultado de esta barbarie: en el partido del PSG y el Inter, dos muertos, casi doscientos heridos, medio millar de detenidos, 692 incendios, pillaje en tiendas. Los llamados medios “serios” no se quedan al margen. El Diario de Teruel le dedica las nueve primeras páginas de la edición del domingo dos de junio al ascenso del CD Teruel. Es motivo de alegría que el equipo de la ciudad logre un buen resultado y que aparezca en los medios, pero en su dimensión justa, equilibrada. Afortunadamente, no hubo en ese partido entre el Numancia y el Teruel ningún acto violento. Pero en las crónicas y en los titulares siguieron las exageraciones. “Medio millar de turolenses reventaron gargantas para acompañar a su equipo hasta el ascenso” leemos en un titular. También nos cuenta que un jugador fue “imperial”, otro ejerció de “almirante” y hubo “bola, posesión, tiros, gol”. En definitiva, recurrir al exceso, la hipérbole, la exageración. Convertir al campo de fútbol en un campo de batalla. Que el equipo haya ascendido de categoría no nos soluciona mucho a los turolenses: seguiremos sin tener trenes, paradas de autobús y continuaremos con las malas carreteras. Y con 32 camas menos durante este verano en el Obispo Polanco si nos da un patatús por la alegría de que nuestro equipo tenga un corazón de Primera, como destaca en grandes letras la portada del Diario de Teruel.

Evaristo Torres Olivas


viernes, 23 de mayo de 2025

Concurso de microrrelatos