“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 11 de enero de 2016

Tabla rasa

En una cena con amigos durante estas navidades hablamos de si las personas cuando venimos al mundo somos una tabla rasa y la cultura, la educación y el entorno van escribiendo en esa cuartilla en blanco el libro de instrucciones de nuestra vida, o si, por el contrario, ya nacemos programados. También hablamos de Rousseau y de Hobbes, del buen salvaje y del hombre que es un lobo para el hombre, de si somos buenos y la sociedad nos corrompe, si el balarrasa se hace o si el que nace lechón muere gorrino.  La mayoría opinaba que era una mezcla, un fifty- fifty. Yo, por llevar la contraria y prolongar un poco la discusión, defendí  un noventa-diez a favor de la tesis de que se  viene al mundo con la “hoja de ruta” marcada. Como argumento de autoridad cité a mi abuelo cuando se enteraba que alguien del pueblo había hecho una fechoría y sentenciaba que “ese lo lleva en la sangre”.  Llevarlo en la sangre es no poderte desviar del camino trazado. Por mucho que se intente, al final la cabra siempre tira al monte. Y como en la cena había un amigo que es muy socialista del PSOE, para fastidiarle le puse un ejemplo que hacía mi tesis irrefutable. Le dije, mira, la familia García/Pérez  tiene al padre, la madre y el hijo en paro. Llevan el paro en la sangre.  La familia Escuin/Borao, todos trabajando de políticos y del mismo partido, el PSOE de Teruel.  Papá Escuin,  José Ignacio,  gerente del Sector de Teruel y Alcañiz del Salud. Mamá Borao, Perla, senadora. Y el hijo, Ignacio, director general de Cultura. Ser político lo llevan en la sangre, lo mismo que Guillén lleva en la sangre ocupar un puesto tras otro desde hace treinta años. Es la  fuerza del sino, y por mucho que ellos quieran no pueden oponerse a la presión que les mantiene el trasero pegado al escaño y al asiento del  coche oficial. Solo unos pocos, un diez por ciento, según mi teoría de esa noche después de tres copas  de cava, logran romper amarras y salirse del camino trazado. Aunque generalmente salen por una puerta giratoria que les lleva a ser consejeros de una caja de ahorros, una compañía telefónica o una eléctrica, que vienen a ser como la metadona que les ayuda a desengancharse de la droga dura de la política.

Evaristo Torres Olivas

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