Evaristo Torres Olivas
miércoles, 16 de diciembre de 2015
La disonancia cognitiva
Ayer leí un artículo que hablaba de la disonancia cognitiva.
No me enteré mucho porque se trataba de un artículo escrito para científicos y
gente experta en psicología. Intentaré explicar lo que entendí que es ese
concepto. Cuando lo que uno piensa o cree entra en conflicto con lo que uno hace, se
produce una situación incómoda, disonante, desequilibrante, y tendemos a buscar
una estrategia para restablecer el equilibrio. Si yo creo en la vida sana y
cuido mi alimentación, hago ejercicio, pero un día paso delante de un estanco y
me compro un paquete de tabaco que me fumo entero sentado en el banco del
parque, lo más seguro es que antes de llegar a casa piense que no soy una
persona de fiar, no he sido capaz de
actuar de acuerdo con mis valores y creencias. Como esa es una situación de
mucha tensión, buscaré excusas y me inventaré que por una vez no pasa nada, que
es bueno darse un capricho de vez en cuando, que la rigidez e inflexibilidad es
cosa de personas autoritarias. Si no han entendido este ejemplo, les pondré
otro. Imaginen a un señor que se llama Caraplasma. Este señor es presidente de
un partido y presidente de un país, también imaginario, que se llama Espuña, como la empresa esa que
elabora chorizos y otros embutidos.
Caraplasma es muy religioso, muy austero y muy honrado. Imaginemos
también que tiene un empleado, de nombre
Aguanta Sefuerte, que reparte sobres con dinero a los jefes del partido,
también a Caraplasma. Ahí se produce un conflicto gordo, una disonancia
cognitiva del tamaño de una sandía. Inmediatamente se pone en marcha el
mecanismo para restablecer el equilibrio. Lo primero que piensa Caraplasma es
que él no es el único que recibe sobres. El conflicto disminuye en el acto y pasa de sandía a manzana. A continuación se dice a sí mismo que otros, con menos méritos que él, se llevan más, con
lo que el conflicto pasa de manzana a ciruela. Se convierte en guisante en el momento que se
convence de que ese dinero lo va a usar
para una causa noble: aumentar su cuenta bancaria. Y desparece el conflicto, la
disonancia cognitiva, en el instante
preciso en que descuelga el teléfono y le pide a Aguanta Sefuerte que para el
próximo mes el sobre sea el doble de gordo. Es todo imaginario, para que entiendan el
concepto de la dichosa disonancia cognitiva.
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Títeres sin cabeza
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4 comentarios:
"Intentaré explicar lo que entendí que es ese concepto."
Mejor:
Intentaré explicar lo que entendí qué es ese concepto.
Una duda de pasada... ¿ese "que", al no ser interrogativo, no estaría bien sin tilde?
sí, va sin tilde, pero aquí se puede opinar lo que se quiera.
Ok.
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