“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 16 de diciembre de 2015

La disonancia cognitiva

Ayer leí un artículo que hablaba de la disonancia cognitiva. No me enteré mucho porque se trataba de un artículo escrito para científicos y gente experta en psicología. Intentaré explicar lo que entendí que es ese concepto. Cuando lo que uno piensa o cree  entra en conflicto con lo que uno hace, se produce una situación incómoda, disonante, desequilibrante, y tendemos a buscar una estrategia para restablecer el equilibrio. Si yo creo en la vida sana y cuido mi alimentación, hago ejercicio, pero un día paso delante de un estanco y me compro un  paquete de tabaco que me fumo entero sentado en el banco del parque, lo más seguro es que antes de llegar a casa piense que no soy una persona de fiar,   no he sido capaz de actuar de acuerdo con mis valores y creencias. Como esa es una situación de mucha tensión, buscaré excusas y me inventaré que por una vez no pasa nada, que es bueno darse un capricho de vez en cuando, que la rigidez e inflexibilidad es cosa de personas autoritarias. Si no han entendido este ejemplo, les pondré otro. Imaginen a un señor que se llama Caraplasma. Este señor es presidente de un partido y presidente de un país,  también imaginario,  que se llama Espuña, como la empresa esa que elabora chorizos y otros embutidos.  Caraplasma es muy religioso, muy austero y muy honrado. Imaginemos también que  tiene un empleado, de nombre Aguanta Sefuerte, que reparte sobres con dinero a los jefes del partido, también a Caraplasma. Ahí se produce un conflicto gordo, una disonancia cognitiva del tamaño de una sandía. Inmediatamente se pone en marcha el mecanismo para restablecer el equilibrio. Lo primero que piensa Caraplasma es que él no es el único que recibe sobres. El conflicto disminuye en el acto  y pasa de sandía a manzana.  A continuación se dice a sí mismo que otros,  con menos méritos que él, se llevan más, con lo que el conflicto pasa de manzana a ciruela.  Se convierte en guisante en el momento que se convence  de que ese dinero lo va a usar para una causa noble: aumentar su cuenta bancaria. Y desparece el conflicto, la disonancia cognitiva,  en el instante preciso en que descuelga el teléfono y le pide a Aguanta Sefuerte que para el próximo mes el sobre sea el doble de gordo.  Es todo imaginario, para que entiendan el concepto de la dichosa disonancia cognitiva.

Evaristo Torres Olivas

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Intentaré explicar lo que entendí que es ese concepto."

Mejor:

Intentaré explicar lo que entendí qué es ese concepto.

Anónimo dijo...

Una duda de pasada... ¿ese "que", al no ser interrogativo, no estaría bien sin tilde?

Eto dijo...

sí, va sin tilde, pero aquí se puede opinar lo que se quiera.

Anónimo dijo...

Ok.