“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 11 de noviembre de 2015

La ética de Arrufat

Ha dimitido el censor Arrufat, o le han obligado a dimitir. Poco importa, el caso es que de momento dejará su cargo hasta que se aclaren las cerdadas del CRDO. Estar imputado, como ya he repetido varias veces, no es estar acusado ni ser culpable. Y como también he repetido, la mejor noticia que podemos recibir después de que la justicia concluya sus indagaciones es que nadie se ha llevado nada que no le pertenecía y que no se ha producido ningún fraude con nuestro jamón. Si finalmente Arrufat está limpio, no tendré ningún inconveniente en pedir que vuelva a su puesto, aunque lo pida con la boca pequeña, porque no le tengo ninguna simpatía al personaje y creo que ya lleva demasiado tiempo viviendo del erario sin aportar nada a los turolenses. Sin embargo, con lo que no transijo es con las afirmaciones del presidente Lambán, por muy esperadas que fueran después de la dimisión/cese de Arrufat: "Pone de manifiesto la calidad ética, personal y política de Antonio, a la vez que me ratifica en el acierto que tuvo el Ejecutivo encomendándole la misión de ser el delegado del Gobierno de Aragón". Por ahí no paso. He sufrido en mis carnes la “calidad ética y política” del censor y doy fe de que en una escala del uno al diez, la puntuación de Arrufat sería de menos siete. No solamente no progresa adecuadamente en esas materias sino que cualquier intento de recuperarle es una pérdida de tiempo. No puede haber mucha ética en alguien que dice que no hay que vivir de la política, que no es una profesión, y a la vez repetir una y otra vez en cargos políticos muy bien retribuidos. No hay ni un gramo de ética en alguien que censura en un diario público a un colaborador (que no cobraba un euro), en contra de la opinión del director de ese diario, sin dar ninguna explicación y abusando de su autoridad como presidente de la Diputación de Teruel y del Diario de Teruel. Lambán se equivoca, o tal vez sea que, al igual que Arrufat, no ve nada reprobable en decir una cosa y hacer otra. Porque Lambán seguro que también piensa que la política no debe ser una profesión vitalicia, aunque el propio Lambán, junto con el consejero Vicente Guillén y el presidente de las Cortes, sumen entre los tres más de noventa años cobrando de la política. Seguro que quieren llegar al siglo, para batir el récord Guinness o el de la desvergüenza.

Evaristo Torres Olivas      
                                                                                                

1 comentario:

Anónimo dijo...

PODEMOS le ha dicho a Lambán que o dimite Arrufat o el acuerdo de gobierno se va al garete, de lo contrario Lambán no dimite ni harto vino y jamón D.O.

Me parece bien la imputación aunque luego quede en nada. De ahora en adelante, espero, que los insignes diputados de la Diputación Provincial, cuando aprueben unas subvenciones se enteren antes de dónde van a para los dineros, si se cumplen los proyectos, si estos se justifican adecuadamente, etc, etc.

Bueno, quizás espero demasiado.