“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 9 de noviembre de 2015

El honesto

Algunos amigos y lectores de este blog, conocedores de la tirria que le tengo al censor Arrufat, me ha llamado o me han parado por la calle para decirme que estaría contento porque habían imputado a Arrufat. No estoy contento. Lo que realmente deseo es que todo se aclare y que nadie haya metido la mano en la caja ni  repartido dinero público sin ajustarse a la ley. De momento está solo imputado, no acusado, ni condenado, por lo que hay que esperar. Si pensara o actuara de otra manera estaría incurriendo en  los mismos errores que el censor Arrufat practica con los demás: nuestra Constitución, en su artículo 24, recoge la presunción de inocencia, aplicable a todo ciudadano, también a Arrufat, pero también recoge  en el artículo 20 la libertad de expresión y la eliminación de la censura, algo que Arrufat no respeta; y sé de lo que hablo, he sido víctima de sus decisiones, más propias de un dictador de república bananera que de un dirigente de un país democrático. Por ese motivo lo llamo el censor. Cuando lean esta columna, el censor Arrufat estará declarando ante el juez. Lo que más me ha llamado la atención durante estos días ha sido el espíritu de clan o de banda de malhechores  que hay en el PSOE de Teruel. Le ha faltado tiempo a don Vicente Guillén —político polivalente, que lo mismo sirve para diputado que para senador, obras públicas que presidencia, siempre que sea vivir del cuento y a cuenta del erario—  para afirmar con rotundidad que Arrufat es “una persona honesta y a carta cabal”.  Es el estilo del PSOE, negarlo todo, especialmente si el afectado  es parte del triunvirato que todo lo mangonea en la provincia una vez jubilado el califa Velasco: Guillén, Mayte, Arrufat. Aún recuerdo a Mayte Pérez, una pésima oradora, en un mitin en Teruel, presentando a Eva Almunia, candidata a la presidencia de Aragón. También la ponía como ejemplo de todo. Tan buena, tan trabajadora y tan honesta era doña Eva, que no se enteraba de las cosas que hacía su marido, Escó,  en Plaza. Ni que ganaba un cuarto de millón en su enchufe de Telefónica y la renta le salía a devolver.   Claro que tampoco se enteraron de lo que hacía Escó en Plaza ni su jefe el consejero de Obras Públicas Velasco ni el presidente Iglesias. Si le preguntan a Guillén, nos asegurará que son todos honestos a carta cabal.  Y como decía el Arrufat en una entrevista bochornosa en la televisión de Calamocha: “No podemos utilizar la política como un modus vivendi profesionalizada”. Con dos cojones. El honesto. El que lleva mil años viviendo de la política.

Evaristo Torres Olivas
 

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