Yolanda Casaus no se “encuentra cómoda con la manera en que
se desarrolla el devenir interno del partido”. Pobrecita. La diputada del PSOE
por Teruel se ha cabreado y ha dimitido de sus cargos en la Ejecutiva
Provincial y ha renunciado a ir como número dos en las listas al Congreso en
las próximas elecciones. Y todo porque se ha sentido despechada. Los guillenes
y arrufates han elegido a Urquizu como número uno. Y eso duele. Cuando todos
sabíamos desde hace meses que la nueva
estrella era el sociólogo Urquizu, Casaus parece que no se ha enterado hasta
hace dos días. Yo me alegro de la marcha de Casaus. No porque le tenga especial
inquina. Casaus es un política mediocre, pero como muchos otros. Me alegro
porque la única manera de saber cómo funcionan los partidos es cuando putean a
alguno, abandona el juramento de omertá y
nos cuenta lo que sucede en las tripas de la organización. Casaus ha visto cómo
todos los capos se han ido colocando y a ella la querían dejar de segundona.
Guillén y Mayte Pérez, consejeros, Arrufat, delegado del Gobierno de Aragón.
Ella se esperaba el premio de tener un
puesto seguro en el Congreso. Y no ha sido así.La dejan sin nada. Los muy
malvados. Pero gracias a esa pataleta
confirmamos lo que ya sabemos: que “la dirección provincial tiene más en cuenta la influencia de
determinadas agrupaciones que la
valía de las personas a la hora cubrir cargos” y que “no se da
suficiente protagonismo a los militantes en la toma de decisiones”. Más o menos
lo mismo que decían Larred cuando se lo pulieron y los que se fueron asqueados
del PSOE de Alcañiz. Para que no se le note su ambición desmesurada, Yolanda ha
basado su cabreo en que “Andorra, una de las agrupaciones más importantes de la
provincia, no está representada en ningún sitio”. Lo que realmente quería decir
es que como ella no está la primera, Andorra no está representada. Y además,
ella se considera una persona muy valiosa y por ese motivo acusa al PSOE de despreciar
la “valía de las personas”. Los niños y los políticos heridos cuentan la
verdad. Si la llegan a poner la primera en la lista, Yolanda habría jurado ante
la imagen de san Macario, patrono de su pueblo, que el PSOE es un ejemplo de organización democrática,
con alta participación de la militancia en la confección de las listas, donde
cada agrupación está representada y en la que los mejores ocupan los puestos de
responsabilidad. ¡Qué asco me da todo esto!
Evaristo Torres Olivas
jueves, 1 de octubre de 2015
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2 comentarios:
Bueno, lo que relatas no es más que otro ejemplo del funcionamiento standard de ese partido (y de muchos otros). ¿Asco? Vale. Sorpresa, ninguna.
Saludos
Estos son los que alardean de democrátas.
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