Evaristo Torres Olivas
viernes, 18 de septiembre de 2015
Los mariposeos del Partido Popular
Rajoy irá finalmente a la boda de Javier Maroto. Asistirá al
matrimonio de dos personas del mismo sexo. Dos mariposones, en la jerga del PP.
“De dos personas orgullosas de funcionar al revés”, según definición de Manuel,
Zapatones, Fraga. Maroto es
vicesecretario sectorial del PP. Los
populares critican, se oponen y
denuncian la ley de matrimonios homosexuales, pero Maroto se casa con su novio y Rajoy va a la boda. Se
oponían a la ley del divorcio, pero ellos se divorciaban; están en contra del
aborto, pero las chicas del PP abortan como las demás. Son temerosos de Dios y
de los mandamientos de la santa madre iglesia, pero eso de que "es más fácil que un camello pase por el
ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los Cielos", se lo pasan
por el forro púnico de la Gürtel. Es
todo cuestión de cálculo, como explicaba muy bien la matemática del PP, Ana Botella: “Si se suman dos
manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca
pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y
mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra
cosa distinta”. Por lo visto el ejemplo
también funciona con dos gaviotas: si se juntan dos gaviotas pues tenemos dos
gaviotas, pero si juntamos una gaviota y un gavioto nunca podremos tener dos
gaviotas sino muchos más, porque se reproducen por huevos, queramos o no
queramos. En fin, que al igual que doña Botella, me estoy armando un lío. A lo
mejor, a
don Javier Maroto y a su novio
los casa el alcalde del Pontons, que habrá cambiado de opinión después
de que en 2005 dijera: “No casaré homosexuales porque son personas taradas”.
Seguro que sí porque entonces no tardó en moderar sus afirmaciones y afirmar
que “tal vez la palabra tarados no es la más adecuada, pero los homosexuales
son deficientes para procrear y educar”. Terminaré deseando larga vida a Javier Maroto y a su pareja, que sean muy felices gracias a que
se pueden casar gracias a “leyes asquerosas”, como llamaba Manuel, Zapatones,
Fraga al matrimonio entre manzanas y peras.
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Títeres sin cabeza
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