“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 24 de octubre de 2011

Iglesias, morlanes, guillenes, arrufates. Y Atilano

En Teruel somos cuatro gatos.  En Aragón, ocho. Y ser minoría es jodido. Especialmente en la política. No triunfa la razón ni la justicia sino los votos. De ahí que la obligación de todo político de una provincia de cuatro gatos o de una autonomía de ocho es ser una mosca cojonera, un grano en el culo, una china en el zapato, un pelo en el ojo, un mosquito en la oreja de los políticos de los escalones  superiores. Del gobierno autonómico y del central, en el caso de los políticos provinciales y del gobierno central en el caso de los políticos autonómicos. Tanto si son de tu propio partido como si no. Claro que para eso es necesario no pensar en uno mismo sino en los intereses de los turolenses y de los aragoneses y no callarse por miedo a no figurar en las listas de las próximas elecciones. Pero sobre todo hay que tener mucha dignidad y, copiando el titular del Diario de Teruel de ayer domingo, los “cojones de Atilano”. Toda esta parrafada viene a cuento de la TCP (Travesía central pirenaica). Era la apuesta de Iglesias,  presidente de Aragón durante doce años y número tres del PSOE en la actualidad. Era la apuesta del número dos del ministerio de Fomento, Víctor Morlán, Secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras. Y era la apuesta del todos los partidos aragoneses. Pero como nuestra apuesta no coincidía con la de catalanes y vascos y como en Aragón somos pocos y sumamos menos votos, pues de nuevo y como siempre nos han dado por donde amargan los pepinos. Si tuvieran lo que tiene Atilano, el número tres del PSOE y el número dos de Fomento, Iglesias y Morlán,  habrían protestado, se habrían quejado, lamentado, cabreado. Algo. Pero tanto el senador Iglesias como el diputado Morlán, se han callado y han puesto sus intereses personales por encima de los de Aragón. Y han demostrado ser unos politiquillos de tres al cuarto. En cuanto a los de Teruel, que pintan menos que Pichorras en Pastriz, todavía ha sido peor: Guillén, Arrufat e Iranzo han montado el número de la cabra delante de la estación de tren de Teruel, convocando en la calle a la prensa no para quejarse a José Blanco, Marcelino Iglesias y Victor Morlán  por excluir la TCP sino para explicarnos lo cojonudo que es para Teruel el corredor cantábrico-mediterráneo. De risa.En la foto que aparece en el Diario de Teruel del sábado, solamente están ellos tres y nadie más. De eso se trataba, de hacerse la foto y de hacer el chorras. Lo han conseguido. Y en Ferraz les han premiado con ir los primeros en la lista al Congreso y al Senado. Teruel les importa un higo.
 
Evaristo Torres Olivas

Dos maneras de hacer la cabra

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otro agravio más a la cuenta de esta tierra. Y la gente sin enterarse y de fiesta; así nos va.
El PSOAndaluz-Extremeño-Exmanchego y de los de todo para mí, se merece una buena derrota electoral; y los mandaos de nuestra provincia (Guillenes y Cia.) perderlos de vista por una buena temporada.
ARB