“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 24 de abril de 2017

A cara de perro

En el habla popular se utilizan palabras y expresiones de perros generalmente con una carga negativa: aperrear, vida de perro, pasar una noche de perros, morir como un perro, muerto el perro se acabó la rabia. Todas hacen referencia a situaciones nada agradables. Quizás tenga que ver con el maltrato que tradicionalmente se les ha dado y se les sigue dando. Golpearles, tirarles piedras, colgarlos de un árbol o pegarles un tiro eran prácticas habituales. Los perros rara vez iban al veterinario. Y llevar una vida de perro era pasar frío, comer los restos que nadie quería y cuando se hacía viejo o no servía para el ganado o la caza, un tiro o agonizar colgado de una carrasca. De ahí que cuando el diputado Pedro Arrojo habla con sensibilidad de los perros, de darles una muerte digna y sin sufrimiento cuando ya no hay solución, un periodista de OKDiario – el del impresentable Eduardo Inda—de nombre Cake ridiculiza al diputado de Podemos y titula: Podemos pide que se permita la eutanasia a los humanos como se aplica a los perros. Pedro Arrojo no equipara a las personas con los perros. Simplemente afirma que los animales sufren, sienten dolor, lo mismo que las personas y que cuando no hay otra solución, hay que evitar el sufrimiento. Con una diferencia: al perro no se le consulta y la decisión la toman el dueño y el veterinario. En el caso de los humanos nunca se debe ir contra la voluntad de la persona. Nunca. Los que hacen afirmaciones como el periodista Cake se escandalizan porque probablemente creen que ni los perros ni los toros ni ningún otro animal sufren, ni sienten. Y claro, como tradicionalmente se les ha despachado con un tiro, aplastándoles la cabeza o atravesándoles el corazón con una espada después de torturarlos en una plaza de toros, creen que cuando alguien con sensibilidad defiende que tanto a las personas como a los animales se les aplique la eutanasia para evitar el sufrimiento cuando ya no hay curación posible (si así lo han manifestado, en el caso de las personas), seguramente se imaginan que están sugiriendo que se les remate de un tiro, a machetazos o con una estocada.

Evaristo Torres Olivas

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