“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 7 de octubre de 2015

Los toreros y las prostitutas

El ayuntamiento de Madrid le ha retirado la subvención a la Escuela de Tauromaquia y su director, el extorero Joselito, ha montado en cólera. Utiliza todo tipo de argumentos para demostrar que ha sido un gran error por parte del equipo que  dirige Manuela Carmena. Algunos,  discutibles,  como que en esa escuela “se forman toreros y personas sobre profundos valores éticos" o que “en las escuelas taurinas se enseña el oficio del toreo, que nada tiene que ver con maltratar animales ni con la violencia”. Pero hay otros argumentos que no son nada discutibles, aunque  dejan un regusto amargo al comprobar cómo es este país. Dice Joselito: “A   la Escuela Taurina de Madrid me sacó de la calle y evitó que cayera en el pozo de la delincuencia y de la droga al que estaba condenado por mi contexto social. Más que hacerme torero, mis maestros me salvaron como persona". Y añade más adelante: “La mayoría de los alumnos que han pasado por esta escuela pertenecen a la clase media baja, son hijos de familias humildes, incluso inmigrantes latinoamericanos, y no de una élite, como esta gente pueda pensar. Por eso precisamente deberían ser beneficiados por una política de izquierda como la que ellos dicen que hacen". Es bien cierto lo que dice Joselito. Y también es cierto si cambiamos la palabra torero por la de prostituta. La mayoría de las prostitutas proceden de la clase baja, de familias humildes, inmigrantes, no de una élite. Por lo tanto,  también deberían los ayuntamientos subvencionar escuelas de prostitutas. Y prostitutos.  Para poder ascender, para ser algo en la vida, si has nacido pobre, no hay que pedir ni becas, ni ayudas, ni igualdad de oportunidades. No, eso no. Lo que hay que pedir son escuelas de toros y centros de formación profesional para putas y putos. Para que disfruten los señoritos. De los unos y de las otras. Porque matar a un toro, según Joselito, nada tiene que ver con el maltrato ni con la violencia y tampoco que una persona  tenga que vender su cuerpo para salir adelante. Lo que más duele de esto es que sean las propias víctimas, como es el caso de Joselito, quienes defienden esas barbaridades.

Evaristo Torres Olivas
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Majo el artículo.

Saludos