El ego y los tontos del palo

No sé si será el cambio climático, los sistemas de enseñanza o la degeneración de la especie, pero la realidad es que los humanos somos cada vez más gilipollas. La última moda consiste en comprase un palo para colocar el móvil en un extremo y hacerse un autorretrato. Bueno, no lo llaman autorretrato sino selfie, porque un gilipollas de raza no se conforma solamente con una sola memez. ¿Y qué hacen después con los cientos de fotos hechas con el palo? Pues colgarlas en las redes sociales. Durante los “Medievales” de este año he visto  a más de uno vestido de templario o de fraile haciéndose fotos con el puto palo para inundar las redes sociales con sus caretos, comiendo chorizo, bebiendo vino o besando a su primo. Por cierto, hay que tener el ego muy subido, como les pasa a muchos políticos, para llenar  sus blogs o sus cuentas de Facebook con fotos suyas. Hablen de lo que hablen, da lo mismo, ilustran el texto con una instantánea suya. A cualquier persona sensata y equilibrada le da vergüenza salir todos los días en las fotos, pero a muchos políticos no les da ninguna. Se quieren mucho y están encantados de haberse conocido.  El peligro que tiene el comportamiento de estos políticos es que empiezan colgando sus fotos en las redes y cada día necesitan una dosis mayor de ego. De las redes pasan a querer colgar sus jetas en los ayuntamientos, pedir que les pongan una calle con su nombre y a ordenar que estampen monedas con su efigie. Los casos más graves acaban exigiendo que les llamen  Caudillo,  Conducator, Gran Timonel, Duce o Führer.

Un ejemplo de amor apasionado de sí misma es Rosa Díez, la de UPyD. Su blog se llama, en una exhibición de originalidad, buen gusto y creatividad,  El blog de Rosa Díez. Y al lado, una foto de… Rosa Díez. Pegada al título de cada entrada, una foto de Rosa Díez. Si se hace clic sobre la entrada, aparece el texto y, oh sorpresa, una foto de…Rosa Díez. Es como las muñecas rusas, las matrioskas, que abres una muñeca y aparece otra muñeca, que a su vez contiene otra muñeca. Pues en el blog de Rosa, haces clic y aparece Rosa y vuelves a hacer clic y vuelve a aparecer Rosa. Por si esto fuera poco, tiene una sección de fotos en la que aparece Rosa y otra sección de libros que contiene tres libros cuyas portadas son, sí, lo han adivinado, fotos de Rosa.

Tal vez sea injusto con Rosa Díez. Seguro que esta mujer en las elecciones no se vota a sí misma. Y tampoco tendrá un palo para hacerse selfies.

Evaristo Torres Olivas